El Oasis de América

Aunque esta noche hemos dormido en un desierto no hemos tenido mucho calor. Durante la noche la temperatura baja considerablemente y esta mañana al levantarnos había una niebla que no nos dejaba ver con claridad el lugar al que habíamos llegado. Por suerte, en cuanto apareció el sol todo cambio y hemos disfrutado de un gran día en la Huacachina.

A la laguna de la Huacachina se le conoce como el oasis de América, las fotos hablan por sí solas. Esta laguna natural se encuentra a unos 5km de Ica y es el gran atractivo de la zona. Es un lugar muy pequeño en el que solo se encuentran lugares para dormir y comer y al que viene mucho turismo por una razón: divertirse en las dunas. 

Con este objetivo nos levantamos esta mañana. Dormimos a los pies de una enorme duna y comenzamos a subirla para ver el paisaje desde su cima. Desde abajo esta “pequeña caminata” se veía muy sencilla pero después de unos pocos metros nos dimos cuenta de nuestro error. Los pies se hundían en la arena hasta los tobillos y habíamos calculado mal la inclinación de la duna, estaba mucho más empinada de lo que creíamos. Después de muchas paradas para descansar y quitarnos la arena de los zapatos, conseguimos alcanzar la cima. La verdad que el esfuerzo había valido la pena, el paisaje era increíble, ahora si podíamos ver en su plenitud el famoso oasis de América. 

Después de un buen rato de sesión fotográfica tratando de no caernos a ningún lado de la duna, intentamos crear nuestro propio deporte. Casi todo el mundo venía a hacer sandboarding (lanzarse desde la cima de las dunas en una tabla de madera) pero nosotros íbamos a hacer “sandplastic”, lo mismo pero con un plástico. Pusimos nuestro plástico en la arena, nos preparamos y… nada, no nos podíamos mover, lo del plástico funciona en la nieve pero no en la arena. De todas maneras bajamos mejor de lo que subimos, nos lanzamos a correr duna abajo. En apenas dos minutos ya estábamos abajo, con lo que nos había costado subir…

A la orilla de la laguna conocimos a Christie, la dueña del hostal, restaurante y tour operador Desert Adventures. Le explicamos nuestro proyecto y nos obsequió con tour en buggy y sandboarding en las dunas. Ellos son los pioneros de este tipo de tours en la Huacachina con 10 años de experiencia. Los buggies que utilizan son todos hechos a la medida, se utilizan motores de camionetas para construir estos vehículos tubulares en los que pueden viajar hasta 10 personas más el conductor.

A las 16:00 nos subimos en el monstruoso buggy con otros 8 turistas y recorrimos parte de las dunas que rodean la Huacachina. Era como estar en una montaña rusa pero sin rieles. Estos vehículos aprovechan su velocidad al máximo y los conductores saben cómo conducir en las dunas para que la adrenalina suba hasta sus máximos niveles. Durante dos horas estuvimos subiendo y bajando dunas en el buggy y practicamos sandboarding.

El sandboarding es un deporte en el que te deslizas por una duna en una tabla de madera. Se puede ir erguido si se sabe patinar, surfear o hacer snowboard, o en su defecto uno se tumba sobre la tabla con todo el cuerpo sobre ella salvo los pies que hacen de timón y a deslizarse. Andrea no se animó a tirarse pero yo no me perdí ni una de las cuatro bajadas que hicimos en cuatro dunas diferentes. Al  principio te da miedo porque bajas a gran velocidad de cabeza sin ningún tipo de protección, pero después de la primera vez solo quieres repetir.