Quedamos a las 9 de la mañana con Diego en el parque central. Llegamos un poco tarde porque hoy era día de mercado en Santiago y había más puestos para vender que durante los días anteriores. Parece ser que los viernes y los domingos viene gente de los alrededores a vender sus productos: pescado, frutas, animales, ropa… y se nota significativamente el aumento de actividad.
Diego es el mayor de 9 hermanos (tiene 22 años) y nos llevó hasta su casa donde se ubica el telar. El telar es una tradición familiar iniciada por sus abuelos y en la actualidad genera unos 30 puestos de trabajo. Cuando llegamos saludamos a la familia de Diego y nos dirigimos hacia las instalaciones. El telar está dividida por áreas: en una están los telares (había 10 telares y cada telar teje una tela de diferente color compuesta por 2500 hilos que se ponen a mano), en otra se ubican las personas que hacen los diseños, otra área para el tinte y por última la zona de ventas. Todo está emplazado en un espacio muy reducido, pero están muy bien organizados.
Terminar una tela de 6 metros lleva alrededor de 20 días, trabajando 8 horas diarias. Es un trabajo que requiere de mucha paciencia y venden la tela por unos 600-650 quetzales, demasiado poco para un tela tan artesanal, ya que hay que poner hilo por hilo.
Después de visitar el telar, continuamos la entrevista en una de las plazas principales de Santiago. Allí Diego nos explicó como se vivió la masacre del 2 de Diciembre de 1990 cuando los militares mataron a 14 civiles desarmados. Ese hecho desencadenó una serie de protestas que terminaron con la retirada del ejército de la zona. Hasta ahora el ejército no puede entrar en el pueblo y en conmemoración se creó el Parque de la Paz en el lugar de la masacre.
Diego también nos relató como funciona el castigo maya, el cual utiliza el castigo corporal y el trabajo social, esperamos colgar el video pronto para que lo podáis escuchar. Después de pasar un buen rato con Diego, nos despedimos y fuimos a desayunar con Edith, la nieta de doña Hélida. Nos preparó unos huevos con frijoles y listos para continuar el día. Aprovechando que estábamos cerca del mercado compramos diferentes artículos para cocinar después.
El resto de la tarde estuvo lloviendo y nos la pasamos dentro de la combi trabajando con algunos videos. Por la noche nos acercamos otra vez al centro para actualizar la página web y en el camino nos encontramos con un evento musical. En el salón de usos múltiples del pueblo se había colocada una tarima y allí había decenas de jóvenes escuchando y bailando diferentes estilos musicales. En ocasiones llamaba la atención observar a la juventud bailando los temas más actuales con sus trajes tradicionales.
Después de cenar nuestro pollo y yogurt respectivamente nos regresamos otra vez a la Zaigua para descansar, ya que mañana nos vamos hacia Antigua, aunque todavía no sabemos por que carretera.
David
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