En tuc-tuc a la playa!

Luego vimos a Dany, había llevado a López a Rodadero (otra playa en el área de Santa Marta) y nos propuso ir a una playa cercana para después llegar a Santa Marta a hacer las compras para la cena navideña. Nos pareció muy buena idea, pero teníamos nuestras dudas ya que muchas de las playas cercanas son parte del parque Tayrona y hay que pagar por acceder a ellas.

Nos subimos a su motocarro/tuc-tuc y nos pusimos en camino. Fue toda una experiencia, el aire entraba y daba en la cara de Canya (la perra de Dany) que iba muy acalorada. Dany nos platicaba de su proyecto y en los intervalos de silencio subía el volumen al pequeño reproductor de música y comenzaba a moverse a ritmo de vallenato. No sentimos muy en Colombia.

Fuimos hacia un lugar llamado Los Ángeles, una playa a unos 20-25km de donde estábamos. El mar parecía más el Pacífico que el Caribe. El chico que nos recibió lo hizo un tanto de mala gana, luego se puso algo hostil en cuanto al perro, Dany –que fue bastante tolerante- habló con él para que no hubiese problemas por Canya y pudimos entrar. A los cinco minutos de entrar al agua el mismo chico que nos había recibido, fue y nos dijo que estaba prohibido nadar, por la corriente…

Salimos del agua y nos tiramos en la arena un rato, estaba nublado, hacía viento y comenzó una ligera llovizna, yo tenía frio. En eso llegó bastante gente a la orilla de playa, estaba por empezar un torneo de surf –aunque las olas no eran buenas. Al poco rato nos fuimos del lugar, a la salida un chico nos llamó para decirnos que debíamos haber pagado por entrar a la playa, aclaramos que el otro chico no mencionó nada de eso, se molestó un poco y el final termino con un “bueno para la próxima ya saben”.

Ya no teníamos energía de llegar a Santa Marta de compras así que comimos algo en la carretera y nos fuimos directo a Taganga, hasta Canya estaba cansada. Decidimos salir mañana temprano de compras para tener todo listo para la cena de Navidad.