Lo mejor del parque Tayrona es levantarse temprano, escuchar el sonido de la naturaleza y observar la fauna, hoy tuvimos la suerte de ver monos Tití jugando en los árboles cercanos. A las 6:00 ya estaba arriba haciendo ejercicio, lo malo es que al poco rato comenzaron a llegar mamíferos bípedos con neveras, mochilas y tiendas de campaña en busca de sol y playa y se acabó la tranquilidad. Es algo que nos esperábamos, estamos en una de la semanas más turísticas de todo el año y lugares como éste están llenos de gente escapando del asfalto de la ciudad. Seguro que en temporada baja el ambiente es otro (y los precios también).
Nosotros no nos podemos quejar, ayer nos fue muy bien y supimos esquivar y adaptarnos a tanto gentío. Dormir en la Zaigua nos ayuda porque el parking es muy tranquilo y nadie nos molesta por la noche.
Hoy nos tomamos el día un poco más relajado. Antes de desayunar estrené nuestro nuevo machete partiendo un coco, necesito un poco más de práctica pero para ser la primera vez no se me dio mal. Uno de los chicos que trabaja en el parque me estuvo ayudando a afilar el machete. No sabemos cómo se hará la selección de personal para trabajar en éste parque pero todos los trabajadores son muy atentos, educados y pacientes, hacen que tu estancia sea de lo más placentera.
Después de desayunar nos animamos a recorrer el “sendero de las nueve piedras” que se caracteriza por que en cada lugar de interés hay un huevo enorme de piedra con un agujero que va de lado a lado del ovoide. Se pueden hacer tres tipos de rutas (A, B o C), la más larga es la A y la vuelta comienza en el Museo Arqueológico (que no estaba en funcionamiento), pasa por el Mirador y termina en la playa La Piscinita, se tarda alrededor de una hora.
Nos encontramos con poca gente y la caminata fue muy agradable excepto al final que tuvimos que ir por la orilla de la playa Cañaveral y el sol estaba demasiado fuerte. En el sendero observamos diferentes puntos donde los indígenas realizaban ceremonias a sus dioses o enterraban a sus difuntos. A mitad del camino se llega al mirador desde donde se puede observar gran parte del parque y apreciar el fuerte oleaje que hay en esta área. El tamaño de algunas rocas es descomunal, son piedras volcánicas que nunca emergieron a la superficie y el efecto de las olas la descubrió originando tan magníficos acantilados.
En la última parte del trayecto atravesamos una laguna que advertía de la presencia de caimanes (no vimos a ninguno) y llegamos a playa Cañaveral. Aquí el baño no está permitido debido a la resaca, hay carteles que informan que más de 100 personas se han ahogado en esas aguas. Continuamos por playa Cañaveral hasta las ecohabs (el alojamiento más caro del parque, nos dijeron que en temporada alta la noche ronda los COL$700,000) y detrás está la Piscinita. Ayer ya habíamos visto ésta playa desde un mirador pero no había tanta gente como hoy. La gente que no estaba debajo de una de las pocas sombras o sombrillas que había, estaba metida en el único espacio permitido para el baño que para tanta gente era minúsculo. Nos metimos un rato en la sopa de personas y buscamos un lugar de sol y sombra (sol para Andrea y sombra para mí). Ahí duramos alrededor de una hora y me dio tiempo a preparar mis primeras artesanías: unos pendientes y unos colgantes, un poco más de práctica y en nada tenemos nuestro propio stand.
Nos cansamos de tanto sol y nos fuimos hacia el parking, no era muy tarde pero hoy queríamos llegar hasta la quebrada Valencia y queríamos ir con tiempo suficiente para buscar un sitio donde dormir. Nuestra experiencia en el parque Tayrona ha sido muy satisfactoria, verdaderamente merece la pena visitarlo, tanto las playas como la vegetación son hermosas, nosotros disfrutamos de nuestra estancia aquí aunque era temporada alta. Nos faltaron algunas playas por ver como bahía Concha o Neguanje pero seguro que algún día volveremos para nadar en esas bahías.
Lo único negativo a nuestro parecer es el costo de la entrada. Para los colombianos cuesta COL$17,000 pero los extranjeros tienen que pagar COL$36,400. Si a esto le sumas todo lo que te gastas en comida, alojamiento, estacionamiento, caballos… la visita al parque sale muy cara. Nosotros fuimos invitados por el Departamento de Parques Nacionales de Colombia y estamos muy agradecidos de haber vivido ésta experiencia gracias a ellos pero pensamos que los parques naturales se crean para fomentar una mentalidad del cuidado del medio ambiente y disfrute con respeto a los recursos naturales y no para hacer un negocio. No creemos que se necesite poner una tarifa tan alta para disfrutar un patrimonio que es de todos los colombianos. Caso aparte es el de los extranjeros, nos gustaría saber por qué un extranjero tiene que pagar el doble, nos parece una práctica equivocada la de aprovecharse del turismo internacional. Tanto al turista nacional como extranjero hay que cuidarlo para que vuelva y no exprimirle la cartera a costa de algo tan bonito como el parque Tayrona.
Antes de las 15:00 estábamos saliendo del parque cuando nos encontramos con nuestros amigos López y Dani, sin su tuc-tuc ni Canya. El tuc-tuc tenía una avería mecánica y la mascota no podía entrar al parque. Estaban con unos amigos esperando a que saliera gente del parque para que ellos pudieran entrar, el parque estaba al 100% de su capacidad. Estuvimos unos minutos charlando sobre nuestras experiencias en los últimos días y nos despedimos con la idea de volvernos a ver en Bogotá.
En menos de media hora llegamos a la quebrada Valencia, estuvimos explicándole a dos encargados nuestro proyecto y nos invitaron a pasar la noche en el parking y por la mañana temprano a subir hasta las pozas de agua para evitar toda la gente y poder grabar y tomar fotos con mayor tranquilidad. Estamos encantados con Colombia, por ahora en todas partes nos están apoyando de una u otra manera.
Hicimos comida/cena y tratamos de acercarnos hasta las pozas pero se estaba haciendo de noche y a medio camino decidimos dejarlo para mañana. Vamos a dormir en nuestro hotel de mil estrellas y ya mañana nos daremos un chapuzón en la famosa quebrada Valencia.
David
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Alejandra Valencia (viernes, 18 enero 2013 22:24)
Mucho ha cambiado el parque Tayrona desde que lo visité hace ya como 15 años, era medio desconocido para los colombianos y pocos lo visitaban, eso si mucho turista europeo que llegaban desde Venezuela traidos por un extranjero que tiene un hotel en Santa Marta "Miramar", y no era tan costosa la entrada, pero cuando lleguen a Perú afilen sus billeteras porque es peor los costos para los extranjeros, Machu Pichu tiene entrada mas económica para los que están en la comunidad Andina 60 soles y para los europeos S130, y el tren que te lleva hasta allá ni se diga porque no puedes ir en carro.
Zaigua (sábado, 19 enero 2013 13:36)
Si nos han comentado sobre los costos en Perú, habrá que ir preparados. Gracias por los consejos!