La belleza del Tayrona

Despertamos antes de las seis de la mañana, aún estaba un poco obscuro. Debíamos cocinar para el desayuno y el resto del día. Al terminar comimos apurados un sándwich y nos llevamos lo que habíamos preparado para comerlo más adelante; la gente ya comenzaba a llegar y se notaba más movimiento. Eran las 6:30am cuando nos pusimos en camino.

Tomamos el sendero a Arrecifes, después de algunos minutos de caminata el sonido del mar se hizo presente. El paisaje y la vegetación fueron cambiando conforme seguíamos el camino, según lo indica nuestro mapa, pasamos del bosque nublado al bosque húmedo pasando por manglares, y nos quedamos a poco de entrar al bosque seco. Una de las características más relevantes del Tayrona es su riqueza en ecosistemas naturales.

Llegamos a Arrecifes después de una hora de caminata –fuimos deteniéndonos a tomar fotos y ver el paisaje. Arrecifes tiene área de camping, restaurante y tienda, todo muy sencillo excepto los precios. Aproveché para comprarme un café y preguntar si en la tienda vendían tampax –los iba necesitar. El precio de cada unidad es cercano a un dólar, algo así como el doble de su precio real, además de que no puedes escoger entre uno u otro, debes aceptar lo que ellos te dan. Ni hablar… tenían que olvidárseme justo ahora que veníamos al Tayrona.

Salimos de Arrecifes y continuamos el sendero hasta Cabo San Juan –llegamos en poco más de 30 minutos-, ahí también hay zona de acampar, tienda y restaurante. En este lugar había mucha más gente, tiendas de campaña por todos lados, filas para entrar al baño –si no estás acampando debes pagar COL$ 500, ya que la entrada al parque no incluye visita al sanitario...

Al igual que en Arrecifes, desde Cabo San Juan puedes tomar un caballo que te lleve hasta Cañaveral –la entrada en que nos quedamos anoche y dejamos la Zaigua- por COL$ 32,000 (alrededor de 18 dólares) o hasta Arrecife por COL$ 16,000. El costo para acampar, si no trajiste tu propia carpa, es de COL$ 60,000 por noche para dos personas; con carpa propia el precio es de COL$ 26,000 por dos personas.

El costo de renta de hamacas varía, David preguntó en Arrecifes cuánto costaría dormir en una, serían COL$ 26,400 por noche; en Cabo San Juan el precio es de COL$ 16,000. Lo mejor es siempre venir preparado y traer lo necesario.

De Cabo seguimos hacia Playa Nudista, uno de los puntos recomendados del Tayrona. Llegamos a dos playas, ambas muy lindas. El agua era color turquesa y la arena blanca y muy gruesa. Nos quedamos en la segunda a la que llegamos, Playa del Medio/Playa de en medio, unos 200 metros antes de Boca del Saco después de la cual se encuentra Playa Nudista.

Pasamos ahí el día, nadando y tirados en la arena, el agua era tan clara que desde fuera podíamos ver los peces que pasaban frente a nosotros. Las corrientes son fuertes pero esta área es segura para nadar, además hay salvavidas de protección civil siempre resguardando el área de playa. A pesar de que había bastante gente, nunca nos sentimos abrumados, todo lo contrario, se podía estar relajado en la playa, tanto así que después de comer David se quedó dormido –él dice que traspuesto- un buen rato –casi dos horas- bajo la sombra.

A eso de las dos o tres de la tarde comenzamos el regreso. Pasamos por los lugares en los que habíamos estado antes, ahora había muchas más personas. El sol comenzaba a cesar. Hicimos una parada en Arrecifes para comprar otro café y descansar un poco. El resto del trayecto hacia Cañaverales lo hicimos rápidamente a pesar de que los caminos comenzaban a congestionarse. Es importante saber que en el sendero oscurece antes ya que está cubierto de árboles y la luz disminuye considerablemente en ciertas áreas.

Es fácil hacer un mal cálculo de tiempo para la hora de regresar ya que muchos no consideran el número de personas con que pueden toparse en el sendero –todos queriendo regresar a la vez a donde sea que este su camping/cabaña/hamaca/auto- lo cual congestiona los caminos y hace que todos vayan mucho más lento.

Nosotros tuvimos que ir esquivando gente y casi trepándonos en los árboles para poder rebasar a algunos, que de no haberlo hecho hubiésemos tardado el doble del tiempo en llegar.

Lo peor del mal cálculo de tiempo es la posibilidad de quedarse en el sendero una vez que haya oscurecido totalmente – no hay ningún tipo de luz- ya que el camino no es tan sencillo como para hacerlo a ciegas –hay piedras, subidas, bajadas, escalones, ramas, pendientes, etc.-. Por si acaso es muy importante llevar una linterna, así al menos puedes ir viendo el camino.

Llegamos a la Zaigua cuando el sol ya se estaba ocultando, dentro del sendero ya comenzaba a verse oscuro. Preparamos la cena y observamos el caos que teníamos enfrente: un gran número de personas queriendo salir del parque a la vez y muy pocas busetas disponibles, la mayoría ha tenido que esperar un largo tiempo hasta que viniese más transporte.

Ahora ya se respira tranquilidad de nuevo, no hay luz por ningún lado así que las estrellas se ven bien. Yo estoy muerta de cansancio, hoy en total caminamos entre cuatro y cinco horas, así que estoy más que lista para dormir. Hasta mañana.

Andrea