Nuestro día comenzó en la estación de bomberos en Manizales, hoy iríamos con el bombero Walker a los Termales de Otoño que se encuentran a las afueras de la ciudad, desafortunadamente le fue imposible acompañarnos. Desayunamos y platicamos con el teniente Gonzales que nos dio varias recomendaciones para el resto del viaje, entre ellas estaba la de ir a los Termales de Santa Rosa, lo cual nos hizo cambiar de planes y dejar los Termales de Otoño para otra ocasión.
Salimos de Manizales hacia Chinchiná, que también se encuentra en el departamento de Caldas. La pequeña ciudad resultó ser un lugar muy tranquilo, aprovechamos para almorzar y pasear por el lugar. Era gracioso ver a los hombres en la plaza que rodeaban a la Zaigua con curiosidad, revisaban lo que hay en el tablero y veían la placa una vez tras otra.
De Chinchiná salimos hacia los Termales de Santa Rosa de Cabal (http://termales.com.co/) en el departamento de Risaralda. El lugar se encuentra entre las montañas a 2,126 msnm, en un área hermosa, privilegiada en gran manera por la naturaleza; como si esto fuera poco, se encuentra dentro del eje cafetero. Ahí pasaríamos el día de San Valentín, ¿qué mejor plan?
Llegamos a los termales al área del balneario, eran poco más de las cuatro de la tarde, podíamos ver las montañas llenas de verde y las nubes cubriendo todo el cielo. Caminamos por el sendero ecológico, entre cascadas y con vistas impresionantes.
En el área de piscinas nos recibió una chica que nos explicó algunos datos del lugar: las aguas termales brotan a una temperatura de 70 grados, y descienden por cascadas hasta llegar a las piscinas a una temperatura de 40 grados. Nos habló también de la riqueza en minerales de esta agua y los beneficios que tienen para el cuerpo, entre los que destacan la relajación, y los nutrientes que tiene el agua para la piel.
Nos quitamos toda la ropa abrigadora que llevábamos y nos pusimos el traje de baño. Entramos a la primera piscina, los vapores se elevaban y formaban una densa y tibia nube sobre nosotros. Sentimos como al entrar el agua termal nos relajaba.
Es importante intercalar sesiones en el agua termal con sesiones en el agua fría, según nos explicaron eso tiene beneficios para la circulación y ayuda al cuerpo a regular su temperatura. Pasar del agua termal al agua fría es una sensación revitalizante y algo sorpresiva.
Salimos de la piscina con el cuerpo relajado y nos dirigimos a la gran cascada que teníamos al frente, el agua que cae ahí es una mezcla de agua termal y agua fría, por tanto el cambio de temperatura es menos brusco. Sentimos un alivio con el cambio de temperatura. Luego regresamos a la piscina.
El sol comenzaba a ocultarse, teníamos al frente la densidad del bosque, una cascada hermosa, el atardecer, los vapores tibios sobre nosotros, y el agua termal destensando cada musculo de nuestro cuerpo. Fue increíble.
Cayó la noche y el paisaje cambió al interactuar con las luces. Los senderos silenciosos y las cascadas corriendo por los lados. En definitiva un día de San Valentín perfecto.
Salimos de los termales listos para dormir, nos abrigamos de nuevo y fuimos a conocer el hotel, en el cual hay otros termales. A diferencia del balneario, en el hotel las cascadas desembocan directamente sobre las piscinas, una con agua termal y otra con agua fría.
El hotel tiene varios estilos dependiendo del área en la que se esté, mi preferida fue la de Casa Finca, que tiene una decoración cálida y hogareña, que hace sentir como si se estuviera en una finca. La construcción es en madera, llena de detalles que la hacen única. Al frente se aprecian las cascadas que descienden de la montaña y la piscina de donde ascienden los vapores.
Tuvimos la oportunidad de platicar un buen rato con William, el administrador del hotel, nos habló de un poco de los inicios de este lugar que abrió sus puertas hace ya 70 años. Tomamos agua con panela y queso mientras charlábamos. Más tarde dimos un paseo en el lugar para ver las cascadas y el resto del hotel.
William nos llevó al área más moderna, la cual inauguraron hace apenas nueve meses: La Cabaña. Un área con diseño minimalista, habitaciones con pantalla plana y acabados modernos en granito. Un ambiente silencioso y privado. La Cabaña, tiene además su propia piscina y cascada.
Otra área es la de La Montaña, que comparte muchas características con La Finca.
Después del recorrido William nos ofreció una habitación en La Finca que me gustó bastante, pequeña y acogedora. Con vista a la cascada, paredes de madera y cobijas de franela, era perfecta.
Así terminó nuestro 14 de febrero, en medio de la naturaleza, después de una muy relajante sesión en aguas termales entre las montañas….
Andrea
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amelia (miércoles, 20 febrero 2013 10:41)
definitivamente despertaste mi mas sincera envidea, el lugar es hermoso.
catalina (miércoles, 20 febrero 2013 16:49)
que buen relato, los termales en serio relajan, son únicos!
Zaigua (jueves, 21 febrero 2013 16:05)
Uy Ame! Te encantaría, y a mi mamá! Un día de estos las mandaré de vacaciones a los termales!