¿Es la industria del café rentable para Colombia?

Quimbayá es un lugar peculiar, también forma parte del triángulo cafetero, se encuentra en el departamento del Quindío, el cual muchos describen como el más rico en sitios turísticos del eje del café. Quimbayá es un lugar pequeño y al que por lo visto, no llegan muchos turistas extranjeros, al menos no para quedarse.

Uno de los bomberos nos comentó que aquí la gente vive del comercio, lo cual quedó en evidencia apenas caminamos unas cuantas cuadras y vimos desfilar a  nuestro lado tiendas de ropa, de calzado, de muebles, de abarrotes, de verduras, de electrónicos, carnicerías, farmacias, heladerías, cafeterías, una tras otra, además claro, de los puestecitos de arepas.   

Otra de las labores primordiales que solían mantener a esta pequeña ciudad  es el cultivo del café.  Desde muy temprano esta mañana escuchamos un mensaje a los caficultores, un carro con grandes bocinas lo transmitía.  Convocaba a un paro frente a la cámara de comercio la siguiente semana. Según nos explicaron aquí en la estación de bomberos, se trata de un paro en todo el eje cafetero ya que al parecer el gobierno retiró las ayudas que les estaba dando a los caficultores, el precio de los insumos para sembrar café son muy altos ya que son importados y la veta del café no está dejando ganancias a los trabajadores. 

“Muchos de los caficultores dejaron la siembra del café para dedicarse al turismo, que sí deja. Convirtieron fincas cafetaleras en Ecofincas para que se hospeden los turistas; aquí en el Quindío, de hecho, hay un exceso de fincas, restaurantes, lugares turísticos y parques temáticos.  Hay demasiado y el lugar es muy pequeño, pero es que el café ya no está dejando márgenes de ganancia” nos dijo Eduardo, uno de los bomberos, y nos aclaró que los precios del café están tasados internacionalmente,  por tanto, no pueden alterar el precio.

En Salento, el pueblo en el que estuvimos antenoche,  un hombre le comentó a David que los jóvenes ya no quieren dedicarse al café, prefieren dedicarse al turismo, aunque sea de manera informal y desorganizada, persiguiendo a los turistas o mintiéndoles.   Todo eso, tiene una clara relación con la problemática que representa la siembra del café: trabajo muy duro y poco dinero.

Lamentablemente hay ejemplos como el de Don Julio, a quien conocimos cerca de los termales de Santa Rosa de Cabal, quien dedicó toda su vida ‘sana’ a la siembra y cultivo del café, y quien hoy en día no tiene dinero ni para comprar un pasaje en autobús.  Como pasa con los trabajadores del campo en la mayor parte de Latinoamérica, llevan vidas duras de arduo trabajo y son pobremente recompensados, en el momento en que no pueden trabajar pasan al olvido.

Nos gustaría saber a qué acuerdos llegan los caficultores con el gobierno, ya que la producción de café es una de las principales entradas económicas para Colombia; nos tocará estar al pendiente de las noticias.

Hemos pasado el día trabajando, caminando en Quimbayá y hablando con los bomberos. Fuimos al mercado y deambulamos mientras pensábamos qué comer,  por cierto, encontré el helado más barato que jamás haya comprado: un cono de galleta con helado de crema a 30 centavos de dólar! Con eso matamos el hambre y ganamos tiempo para hacer la cena. 

Mañana iremos a PANACA, un parque que pretende acercar a los ciudadanos al mundo agropecuario del país, este parque ha vendido se franquicia a otros países, entre ellos Costa Rica y México. Habrá que ponernos en marcha desde temprano ya que quedamos en vernos con uno de los miembros del parque a las nueve de la mañana – y hay que conducir al siguiente pueblo para llegar allá.

Por hoy, es momento de cerrar la laptop y guardarnos en la Zaigua. 

      Andrea