PANACA, el parque agropecuario de Colombia nos estaba esperando. Nos despedimos de nuestros amigos de la estación de bomberos y nos dirigimos hacia este parque temático. Tardamos poco más de 15 minutos desde el centro de Quimbaya en llegar y la climatología era perfecta para pasar un día rodeado de animales domésticos y aprender las labores del campo.
PANACA se caracteriza porque los visitantes pueden interactuar con los animales, aprender de una manera dinámica sobre la importancia y tradiciones del campo y disfrutar de exhibiciones en la que los protagonistas son los animales. El objetivo del parque es que los visitantes se den cuenta de la importancia del sector agropecuario en el desarrollo económico y social de un país ya que ninguna nación puede progresar con una agricultura y ganadería deficitaria.
El parque está dividido en 10 estaciones que mezclan aprendizaje, cultura y diversión. Asimismo tienen un espacio especial para hospedarse, el Decameron PANACA. En la entrada nos estaba esperando Jessica Arias, del área de comunicación, quien nos iba a acompañar durante todo el día para descubrir los secretos del parque.
En nuestro camino hacia el hotel aprovechamos para conocer la primera estación, la de Agronomía. En este huerto se cultivan todo tipo de frutas y vegetales que luego son utilizadas para vender a los visitantes o para cocinarse en los restaurantes del parque, todo muy orgánico.
El Decameron PANACA es un hotel “5 Herraduras” que armoniza con la filosofía del parque. Prueba de ello es el lobby del hotel, cuando uno hace su registro en la entrada hay dos pequeñas cuadras con caballos para recibir a los huéspedes. La arquitectura está en sintonía con la naturaleza ya que la base de sus construcciones son los materiales de la región. Tiene todas las comodidades de un hotel todo incluido: buffet, piscina, shows, gimnasio, spa… con la característica de que no parece un hotel sino una extensión del parque. Además cuentan con una zona especial, las Fincas PANACA, ideales para relajarse y olvidarse del ajetreo diario.
Después de visitar el hotel comenzó nuestra visita al parque y que mejor manera de empezar que conociéndolo desde el aire. Canopea es un recorrido de 2000 metros en el cable vuelo más largo de Colombia. Está dividido en 5 tramos (el más largo tiene 750 metros y el más corto 245 metros) con puntos de casi 100 metros de altura y velocidades que pueden llegar a los 80 kmph. En un principio no estábamos seguros de realizar la actividad pero nos animamos y resultó ser una gran experiencia. Las vistas son increíbles y es una actividad perfecta para aumentar la adrenalina.
Con tanta actividad nos dio hambre y fuimos hasta la estación Ganadera a degustar un buen plato de carne. Aquí se pueden ver diferentes razas de ganado vacuno, ovino, caprino, bufalino y camélido. También se puede alimentar a los animales y ordeñar vacas y cabras. Por cuestiones de tiempo no pudimos demostrar nuestras habilidades ordeñando pero para cuando regresemos será lo primero que hagamos.
A continuación fuimos a ver la representación teatral de “Las Aventuras de Flor Azucena y Campo Alirio”. Estos dos personajes de la región, a través de sus sátiras, conciencian al público de la importancia del campo para la ciudad. Durante 30 minutos nos estuvimos riendo de sus ocurrencias e incluso nos pudimos hacer una foto con ellos. Nos encantó que diversos animales también tuvieran su papel y su enfoque educativo. Esta exhibición se ubica en la estación de Especies Menores donde se pueden ver diferentes razas de palomas, gallinas, patos, gansos, pavos y otras aves domésticas.
En la estación de Porcicultura se exhiben cerdos de diferentes razas y tamaños, pudimos ver desde los más pequeños que todavía estaban lactando de la madre hasta los más grandes para reproducción y venta. Nosotros estuvimos alimentando con tetera a los lechones e incluso nos animamos a agarrarlos. En esta estación se encuentra el cerdódromo de Juan Chancho Montó-Ya en donde los animadores interactúan con el público (yo tuve la “suerte” de ser uno de los elegidos) y los chanchitos realizan carreras, otra media hora bastante entretenida.
Antes de llegar a la estación canina, visitamos la estación Felina y la de Agroecología. La felina es el sueño de cualquier gato, una casa enorme divida en habitaciones en donde gatos de diferentes razas tienen todo lo necesario para jugar y dormir. Además hay una zona de interactividad en la que las personas perciben lo que sentirían si fueran gatos. En la de Agroecología aprendimos sobre las técnicas del compostaje, el lombricultivo, las plantas medicinales y la extracción de esencias.
Llegamos a la estación Canina justo a tiempo para la exhibición de “El Amigable Mundo del Perro”. En este show se cuenta como se consiguió domesticar a los canes y nos mostraron las habilidades y destrezas de diferentes perros. Aquí tienen representadas a más de 40 razas y si alguien se encariña demasiado con estos animales existe la posibilidad de llevarse un cachorro a casa. Pensamos en nuestra Zaigua con un perro dentro y todo el desastre que se formaría en pocos minutos y enseguida se nos quitó la idea de incluir un tercer ocupante en la combi.
Nuestra penúltima estación fue la de Sericultura, es decir la cría del gusano de seda y el proceso para obtener la seda. No teníamos ni idea que un insecto tan pequeño pudiera crecer tan rápido únicamente alimentándose de hojas de morera en tan poco tiempo y además fuera capaz de hacer un capullo de más de mil metros de hilo, chiquito pero productivo.
Por último llegamos hasta la estación Equina, el final de nuestro recorrido. Había expuestos decenas de dóciles caballos, burros, mulas, ponys y hasta cebrallos, una combinación de cebra y caballo que da como resultado un equino muy resistente pero con mucho carácter. Aquí vimos nuestro último espectáculo del día, “El Espectacular Mundo del Caballo”, en el que observamos la habilidad de caballos y jinetes en la doma y acrobacias y entendimos mejor la arriería colombiana. Al salir del show conocimos los procesos de forja, herrería, talabartería y especialmente la extracción del dulce de la caña en el Trapiche. Este último proceso nos llamó la atención porque en varias ocasiones hemos tomado la famosa agua panela con queso pero no conocíamos cómo la caña de azúcar se transforma en este dulce tan representativo de Colombia. En el Trapiche no solo aprendimos sobre la producción de la panela sino que también probamos la mazamorra: leche, maíz y por supuesto panela.
Sin darnos cuenta había llegado la hora del cierre del parque, nos había quedado por ver la estación de las Avestruces y un show de ganadería pero es que es imposible ver este parque en un solo día. Nos despedimos de Jessica, que tan amable y pacientemente nos había atendido durante el día, esperando volver en otra ocasión para seguir aprendiendo sobre la importancia de las tareas del campo y sus animales.
Al llegar a la Zaigua no sabíamos que hacer, se suponía que íbamos a emprender camino hacia Cali pero ya eran más de las 18:00 y no era muy prudente conducir cansados y de noche. Decidimos volver a la estación de bomberos de Quimbaya a dormir y salir mañana temprano.
Ha sido un día en el que hemos disfrutado en el parque PANACA, gracias a esta experiencia vemos los animales y las labores del campo desde otra perspectiva, porque ya se sabe: “Sin campo no hay ciudad”.
David
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nikol (domingo, 19 mayo 2013 17:16)
cual es la reseña historica de trapiche caña dulce