Una cosa es transitar por una ciudad desconocida de noche y siguiendo a alguien y otra muy diferente es estar en la misma situación al día siguiente pero sin tener a nadie que te vaya guiando.
Nos levantamos más tarde de lo normal (a las 8:00) se notaba el cansancio del día anterior y en la misma gasolinera en la que dormimos un taxista se ofreció a darnos direcciones para llegar hasta el taller de Jhon. Sin embargo en cuanto cada uno de nosotros siguió su camino comenzaron las complicaciones. No estábamos seguros si debíamos dirigirnos hasta la calle 7 norte o sur y como ayer habíamos pasado por allí de noche no teníamos muchas referencias para fijarnos. Después de media hora dando vueltas conseguimos encontrar el taller de Pikachu como le llaman afectuosamente.
Nos recibió con un café y comenzamos a revisar el motor. El problema no estaba en el carburador sino en el empaque que une el carburador con el motor, ya estaba muy desgastado y le entraba aire. Posiblemente podríamos seguir con ese empaque algunas semanas más pero nos arriesgábamos a que su estado empeorara y nos quedáramos varados en el lugar menos indicado, lo mejor era reemplazarlo.
Julio, uno de los chicos del club Caliwagen que conocimos ayer, estaba allí y se ofreció a ayudarnos a buscar el empaque. Mientras Andrea se quedaba en el taller trabajando en la página, Julio y yo nos dirigimos en su escarabajo hacia la zona de los recambios mecánicos y comenzamos la tarea casi imposible de encontrar el recambio. Nos recorrimos prácticamente todas las tiendas especializadas en Volkswagen pero nadie tenía ese empaque para la combi. Seguimos dando vueltas y vueltas pero lo único que se podía hacer era recauchutar nuestra pieza original, algo que salía más caro que el recambio original y además no estaría listo para hoy. Finalmente encontramos un empaque para un Skoda que tenía la misma entrada para el carburador pero diferente base para ajustarla a la Zaigua. La idea era fabricarle una base como la original y ponérsela al empaque nuevo.
Después de varias horas por las calles de Cali regresamos al taller para ver si era factible nuestra idea. Jhon nos dijo que, efectivamente, ese empaque servía pero que no hacía falta que le fabricáramos una base nueva, con algunas pequeñas modificaciones se podría instalar el empaque al motor. Lo único que necesitábamos eran unos tornillos nuevos.
Esta vez Andrea se vino con nosotros y ahora fuimos de nuevo con Julio de ferretería en ferretería hasta que encontramos los tornillos adecuados. Durante el camino aprovechamos para charlar con Julio y conocerlo mejor. Julio estuvo 20 años viviendo en Estados Unidos y ahora tiene su salón de peluquería en Cali. Nos contó que recientemente adquirió su vocho y se había unido al club Caliwagen. Nos explicó todos los lugares turísticos que debíamos visitar en Cali y en sus alrededores e incluso nos invitó a uno de los jugos más tradicionales del Valle del Cauca: el borojó con galleta.
En Cali existe la plaza del Borojó donde los caleños acuden a tomar este jugo preparado por bonaverenses. El borojó es una fruta de la región del pacífico, muy energética y a la que se le atribuyen características afrodisiacas. Normalmente se toma en jugo y es una bebida muy espesa. Lo acompañamos con una galleta color chocolate muy sabrosa.
Regresamos al taller y Jhon acabó de instalar el carburador. Julio se despidió y nos quedamos con Pikachu revisando otro par de cosas: un clavo que traía una rueda trasera y que afortunadamente no traspasó la llanta, y tratamos de ingeniar una nueva manilla para para la puerta delantera que traemos rota pero no pudimos hacer nada. Se hizo de noche y todavía estuvimos casi otra hora ajustando el cable del acelerador para que tuviera la misma potencia que antes. Finalmente poco antes de las 20:00 terminamos con toda la reparación, menudo día.
Ya más relajados, Jhon nos invitó a una soda y papitas y estuvimos hablando de cómo empezó su taller y de su familia, todos necesitábamos esos minutos de tranquilidad para olvidarnos del ajetreado día que habíamos tenido. Cerca de las 21:00 nos despedimos de Jhon no sin antes recomendarnos un lugar de la zona para comer costillas.
Comimos las famosas costillas y buscamos una gasolinera para pasar la noche. Hubiéramos preferido buscar una estación de bomberos pero lo único que queríamos era descansar y olvidarnos del tráfico de Cali.
Mañana no sabemos que haremos, quizás un poco de turismo en la ciudad (aunque estamos cansados del tráfico y queremos un lugar más tranquilo) o quizás seguir camino hacia Popayán, ya veremos.
David
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