El Circo Social

Hasta ayer conocíamos muy poco sobre todo el trabajo que hay detrás de una actuación de circo que implique acrobacias y malabares, hoy nos adentramos un poco más en este mundo.

A primera hora de la mañana nos encontramos con Franco y Alejandra en las instalaciones del Circo Social en Tena. El Circo Social es un proyecto presente en 15 países promovido por el Cirque du Soleil dirigido a niños y jóvenes que están en riesgo social. En Ecuador la Vicepresidencia del gobierno se encarga de buena parte de su financiamiento. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de estos niños y jóvenes inculcándoles valores de identidad grupal, respeto, disciplina, orientación al logro, sensibilidad y trabajo en equipo a través de la cultura y las artes circenses.

Al acabar el entrenamiento nos fuimos a comer al restaurante de la mamá de Wilmert. Franco y Alejandra nos invitaron a comer maito con yuca, uno de los platos típicos del Amazonas. El maito es pescado cocinado en una enorme hoja, en nuestro caso fue tilapia. Al hacerlo de esta manera la carne queda muy suave.

Después de almorzar fuimos con Alejandra a observar su clase en una escuela para niños con necesidades especiales. Tuvimos mala suerte porque se había suspendido la clase y nos quedamos con las ganas de ver la lección, en otra ocasión será.

Antes de ir a observar la clase de Franco conocimos a Jacobo, de la comunidad Wachimak en el Amazonas. Mañana vamos a ir a visitar su comunidad y habíamos quedado en vernos para planificar con más detalle nuestra visita. Jacobo nos explicó que íbamos a hacer y especialmente que necesitábamos comprar: unas botas de agua. Por ahora solo sabemos que Wachimak es una comunidad dentro de la selva lejos de la civilización (parece ser que vamos a tardar más de 5 horas en llegar) pero mañana ya conoceremos más.

Por la noche Franco y Alejandra nos invitaron a ir a su casa e hicimos una barbacoa. Otra pareja del circo social y Agustín, el primo de Franco, nos acompañaron y cenamos unos pinchos de camarón exquisitos.

Hoy hemos aprendido que las artes circenses pueden ser una gran herramienta para educar a los jóvenes, ojalá tuviéramos más tiempo en Ecuador para quedarnos aquí más días y poder aprender aunque solo fuera a tirarnos los malabares…

David