Perú es conocido internacionalmente por Machu Picchu y pareciera que es la única cultura precolombina que existe en el país. Sin embargo, también existieron otras culturas que posiblemente no son tan conocidas pero tienen una gran importancia histórica. Una de ellas es la cultura Mochica y hoy en el museo de las Tumbas Reales de Sipán que se encuentra en Lambayeque, pudimos impregnarnos de esta cultura.
Hace 26 años se descubrieron unas ruinas en Huaca Rajada. La policía y los arqueólogos tuvieron que ponerse en acción rápidamente ya que los saqueadores habían hecho acto de presencia y se podían apreciar agujeros excavados para robar piezas de valor incalculable. De hecho, fueron capaces de profanar una tumba real y llevarse un incontable número de piezas. Algunas de estas piezas han sido recuperadas gracias a acciones internacionales contra el tráfico ilegal pero la mayoría de ellas se han desvanecido en las manos de coleccionistas particulares a quienes no les importa que la historia se pierda con tal de tener algo “único” en sus casas.
La cultura Moche o Mochica surgió entre los siglos I y IV, eran un pueblo de agricultores, pescadores, artistas y guerreros que poblaron la costa norte del actual Perú. Gracias a los hallazgos encontrados en esta región, los arqueólogos han podido constatar el gran desarrollo y la compleja organización que tenía este pueblo.
Visitar el museo de las Tumbas Reales de Sipán (la entrada cuesta 10 soles) es como leer un libro o ver una película, poco a poco te va enganchando. Está dividido en tres niveles y narra la historia del descubrimiento de la tumba del “Señor de Sipán” y del “Antiguo Señor de Sipán”. Cuando los arqueólogos descubrieron la primera tumba real y vieron a la entrada un soldado con los pies cortados comenzaron a darse cuenta de la importancia de este descubrimiento.
Con mucha paciencia y esfuerzo comenzaron su trabajo. El gobernante había sido enterrado con su séquito que le acompañaría hasta la eternidad (tres mujeres menores de 20 años, un jefe militar, un portaestandarte, un niño, un perro y dos llamas), 212 vasijas con diferentes ofrendas de comida y bebida, sus ornamentos, tocados, emblemas y atuendos.
Debido al paso del tiempo el trabajo de restauración fue colosal, pero los resultados, como se pueden observar en el museo, fueron magníficos. Se puede apreciar el conocimiento que tenían aquellos grandes artesanos para trabajar entre otros metales el oro y la plata. En la cultura Mochica estos dos metales representaban el concepto de la dualidad: el oro se asociaba a el sol, el día y lo masculino, mientras que la plata se asociaba a la luna, la noche y lo femenino, así se garantizaba el equilibrio de la naturaleza.
Vimos todo el ajuar con el que fue enterrado el Señor de Sipán: sus collares, orejeras, narigueras, pectorales, sandalias, corona, estandarte, etc. todo confeccionado a partir de oro, plata, conchas o piedras preciosas como turquesas. También conocimos los objetos que se sacaron de otras dos tumbas reales: la del Antiguo Señor del Sipán y la de un Sacerdote Real. Su ajuar también era impresionante pero no tan grande y ostentoso como el del Señor de Sipán.
Sin darnos cuenta habíamos pasado casi 3 horas en el museo y ya nos teníamos que ir sino queríamos estar conduciendo de noche. La verdad que merece la pena una visita, está muy bien organizado y se aprende mucho de la cultura Mochica.
Antes de salir de Lambayeque compramos unos de sus famosos alfajores para picar algo durante el camino y nos pusimos en ruta hacia Trujillo. Hay unos 200 kilómetros de distancia y pensábamos que la carretera iba a tener muchas curvas sin embargo enseguida nos dimos cuenta de nuestro error. Al igual que ayer todo el trayecto fue prácticamente desierto con unas rectas que se perdían en el horizonte.
En Pacasmayo tuvimos nuestro primer encontronazo con la policía peruana. Veníamos tranquilamente conduciendo cuando de repente de una patrulla se bajó corriendo un policía haciéndonos señas para que nos detuviéramos ¿nos conocía y quería un autógrafo? En cuanto nos pidió los papeles notamos la hostilidad de la situación, decía que nos habíamos metido por dirección contraria en una rotonda, que lo tenían grabado en una cámara y que iban a retener en Piura la licencia de Andrea hasta que pagáramos la multa. Dicho esto y con la licencia de Andrea y el permiso de la Zaigua se fue hasta la patrulla.
No habíamos visto ninguna rotonda en la que fuéramos en dirección contraria, la cámara con la que nos habían grabado estaba apuntando hacia una fábrica (sería la de seguridad) y Piura estaba 300 kilómetros atrás en otra provincia en la que ellos no tenían competencia, no lo podían haber hecho peor.
Tranquilamente agarré la cámara y fui hasta la patrulla para hacer unas cuantas fotos y dejar constancia de la situación. Nada más tomar la primera foto a su matrícula, uno de ellos (eran tres) se puso a gritar como un loco que si le parecía correcto lo que estaba haciendo y blablablá. Le dije que solo era por nuestra propia seguridad y poder reportar la acción en Piura cuando fuéramos a pagar la multa, quería enseñar allí a los oficiales que nos detuvieron y dejar una constancia fotográfica de todo el evento (todo mentira claro). Le comenté que éramos periodistas y que al igual que ellos estaban haciendo su trabajo nosotros estábamos haciendo el nuestro. Seguía gritando y enojándose más pero no tardó ni un minuto en regresarnos todos los papeles diciendo que por esta vez lo iban a dejar pasar. En menos de cinco minutos solventamos el problema, obviamente solo querían que les diéramos su “propina” pero esta vez se equivocaron de extranjeros.
Antes de que anocheciera llegamos a Huanchaco, un pueblito costero a las afueras de Trujillo. A los 5 minutos decidimos que íbamos a pasar la noche aquí. Es un pueblo muy tranquilo, sin los molestos motocarros y con un ambiente surfero.
Estamos bastantes cansados ya que ha sido un día largo, mañana seguiremos conociendo Huanchaco y si tenemos tiempo Trujillo, aquí también hay unas ruinas Mochicas que queremos visitar.
David
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Javier (jueves, 13 junio 2013 11:34)
Espero no hayan tenido problemas así en Ecuador, da un poco de verguenza..
amelia (lunes, 24 junio 2013 00:53)
Hola david, la policia que se encontraron, rea de juarez.
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