Centro de Miembros Artificiales

Don Florencio (quien también lleva una prótesis desde los 18 años) y su hijo, los técnicos encargados de fabricar las prótesis, nos recibieron y nos explicaron cómo se elaboran las prótesis. Ellos únicamente trabajan con los miembros inferiores ya sea por encima o debajo de la rodilla. Todo el proceso es artesanal y utilizan materiales como el plástico, la fibra de vidrio y el aluminio, materiales ligeros para que los pacientes se muevan con la mayor facilidad posible. A partir de unos moldes fabrican las prótesis para personas que no tienen recursos para costearse estos costosos miembros artificiales. Hasta hace unos años las hacían rígidas pero un inventor mexicano construyó una revolucionaria prótesis móvil y desde entonces utilizan este modelo para aquellas personas que requieren una rodilla artificial. Las principales causas de las amputaciones son por accidentes laborales (sobre todo en la minería), electrocuciones y accidentes de tráfico.

El doctor Dante, director del Club Rotario e impulsor de este proyecto junto a su esposa Ivonne, siguió contándonos la historia del centro. Esta ONG nació por la necesidad de atender a personas sin recursos a las que se les habían amputado una o las dos piernas.  Los pacientes llegan con prótesis que ellos mismos se han fabricado (a veces hasta de ollas) y después de hacerles una evaluación se les fabrica su prótesis a medida. El doctor nos decía que cuando se marchan con su pierna nueva, muchos de ellos lo hacen llorando ya que es un gran cambio en su vida el poder volver a andar con mayor comodidad.  Las prótesis valen $15000 en EEUU pero aquí reducen considerablemente los costos gracias a la pericia y habilidad de los técnicos. Se financian gracias a donaciones particulares, principalmente del extranjero, y cada vez tienen más pacientes ya que su trabajo se está difundiendo más, incluso entre otros países vecinos.

Tuvimos la oportunidad de conversar con uno de los pacientes y nos explicó que su nueva prótesis le había mejorado notablemente su calidad de vida, sin embargo, a sus 35 años no encontraba trabajo ya que nadie quería emplear a un discapacitado. Hemos leímos un artículo sobre este tema en un periódico nacional y parece ser que todavía queda mucho que trabajar con la sociedad boliviana para evitar la discriminación.

En el centro todo el mundo tenía bastante trabajo que hacer y decidimos retirarnos para no ser una molestia. Nos marchamos pensando sobre todo lo que habíamos visto. Nos parece un gran trabajo el que se realiza desde el “Centro de Miembros Artificiales” pero por lo que pudimos ver hace mucho más que una prótesis para mejorar la vida de las personas que carecen de alguno de los miembros inferiores. Es cierto que la prótesis mejora considerablemente sus vidas pero también habría que poner énfasis en su estabilidad psicológica y emocional. Muchos pacientes, dependiendo a que edad sufrieron la amputación, padecen traumas que les impiden continuar con una vida normal. Además tienen muchos impedimentos para entrar al mercado laboral, siempre se podría hacer mucho más, pero el problema es el de siempre: el dinero.

David