Como nos temíamos ayer, hoy no iba a ser un buen día para visitar la mina de Cerro Rico. Oscar, de South American Tours, nos confirmó que los mineros se habían tomado un día de fiesta “extra” por la festividad de Ch´utillos y era mejor que hoy nos dedicáramos a pasear por Potosí y mañana nos adentráramos en la mina para ver el duro trabajo que se realiza allá.
Y eso fue lo que hicimos durante el día. Estuvimos observando con mayor detenimiento la catedral de Potosí, cuyas torres tienen orificios debido al efecto de las balas. Según nos contaron durante la guerra civil de Bolivia en 1949 los soldados de un bando se refugiaron en ellas y esos agujeros quedaron como huella del intercambio de disparos.
Fuimos hasta el mercado de artesanías y Andrea aprovechó a hacer sus últimas compras. Después nos dirigimos hasta uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad: la Torre de la Compañía. Pudimos subir hasta arriba y tener una mejor panorámica de la ciudad, aunque la verdad que no duramos mucho porque corría un viento helado que nos calaba hasta los huesos.
Nos acercamos a admirar el portal de la iglesia de San Lorenzo, que según dicen es uno de los más bellos de Latinoamérica. Y como no podía ser de otra, acabamos en el mercado para tomar un jugo, los más baratos que hemos encontrado en nuestro recorrido.
Nuestro último paseo en Potosí fue muy agradable y de nuevo percibimos cual es el motor que mueve esta ciudad y que mañana podremos observar de primera mano: la minería.
David
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