Rodeo Chileno

Hace un par de días nos enteramos que en San Pedro de Atacama se iba a celebrar una competencia de rodeo chileno. Habíamos oído escuchar de este deporte pero la verdad que no teníamos ni idea de que se trataba ¿sería como el rodeo americano o se asemejaría más a la charrería mexicana? Pues ni uno ni lo otro.

Contactamos con Pedro Layana, presidente de la Asociación Norte Grande y organizador del evento, y nos invitó a que fuéramos hoy a presenciar la final en el Club de Rodeo de San Pedro. Nada más llegar nos dimos cuenta del ambiente “vaquero” que se vivía en los alrededores del ruedo, hermosos caballos y olor a carne asada.

Este deporte nacional chileno nació hace siglos, cuando los huasos, jinetes, necesitaban de toda su destreza a lomos de los caballos para poder dirigir correctamente al ganado hasta su destino. Con el tiempo se crearon competencias para elegir a los mejores huasos y poco a poco se elaboró una reglamentación hasta que en 1962 se declaró deporte nacional.

Según nos contaron, este deporte se practica en todo Chile, aunque las competencias se dividen en diferentes divisiones en tres regiones diferentes. En la región del norte, en la que nosotros nos encontramos, su práctica es más complicada ya que el terreno es árido y no hay tanto ganado como en el sur. 

En cuanto al reglamento, el evento se realiza en un ruedo que se llama medialuna y en cada collera, carrera, participan dos jinetes de la misma asociación que tratan de detener al becerro dentro de un área determinada que se llama atajada. El huaso de atrás va arreando al becerro mientras que el de adelante se va preparando para detenerlo. A los jinetes se le dan tres oportunidades para detener al animal y dependiendo del lugar en el que se consiga contener al animal y en que parte de su cuerpo se le impacte, reciben un número determinado de puntos. Pueden conseguir puntos positivos o negativos, ya que tampoco se puede golpear al becerro violentamente y hay que mantener unas distancias determinadas.

Antes del rodeo estuvimos hablando con varios huasos participantes y estaban ansiosos por comenzar a competir, se vivía un buen ambiente. A las 16:00 inició el evento. Todos los jinetes que se habían clasificado entraron a la medialuna (había más de 40 caballos) y se cantó el himno nacional chileno. A continuación se otorgó un premio al caballo más hermoso que recayó en uno de los componentes de la Asociación Cuchipuy y sin mayor dilación empezó el rodeo.

Todos los jinetes se quedaron en un lugar reservado para ellos mientras esperaban su turno para participar. De dos en dos iban saliendo del corral guiando al ternero tratando de conseguir el mayor número de puntos posibles. El público animaba a sus favoritos y nosotros nos quedábamos observando sin entender muy bien porque los jinetes recibían puntuación positiva o negativa, la verdad que nosotros lo veíamos casi todo igual, como se notaba que no éramos unos entendidos.

Tras la primera ronda, todos aquellos huasos que no habían recibido ninguna puntuación positiva quedaban eliminados y solo seguían participando el resto. Andrea ya tenía que entrar a trabajar y no pudimos quedarnos hasta el final para conocer  a los vencedores pero nos fuimos encantados con la experiencia.