Tuvimos una noche tranquila en la estación de servicio, nos levantamos esta mañana y desayunamos para ponernos en marcha, pero oh sorpresa: la Zaigua no arrancó…
No sabíamos qué hacer, qué podía estar fallado si el mecánico hizo una revisión general y “todo estaba en orden”, la camioneta estaba funcionando sin problema luego de salir del taller y ayer igual. Comenzamos a revisarla, tratando de ver si había alguna avería obvia, pero nada; entonces se acercó un camionero para ver qué pasaba, luego llamó a uno de los compañeros, quien determinó que el problema era la correa “ya esta vieja y se salta el tiempo”. Luego de una hora logró que la Zaigua funcionara. Inmediatamente nos subimos a la camioneta y comenzamos el camino a Pichidangui, tenemos esperanzas que aquí alguien del club nos pueda echar una mano.
Fuimos los primeros en llegar al camping, se supone que los demás estarán llegando alrededor de media noche. Hasta ahora han llegado solo dos Kombis más, uno de ellos son los californianos que conocimos en Vallenar, Linda y Aaron. Es bueno volver a encontrarnos.
El sitio en el que estamos es bello, lleno de árboles de eucalipto, con la playa a poca distancia y una piscina a la que probablemente entremos mañana.
Cada día nos queda menos tiempo antes de que nuestras visas expiren y esto de que la Zaigua nos pueda dejar tirados en cualquier momento es un GRAN inconveniente que nos puede meter en graves problemas. Así que esperamos que podamos solucionarlo mañana mismo...
Andrea
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