Hoy me levanté con la incertidumbre de que me depararía el destino durante el día y acabé haciendo rafting en el río Mendoza, el destino sí que me tenía preparada una muy buena sorpresa J
Al ser sábado, se suponía que iba a ser un buen día para vender artesanías y como iba a estar todo el día liado con el puesto, me dirigí temprano a la gasolinera del pueblo ya que desde allí, a veces, me puedo conectar gratis a internet. Revisé todo rápido y cuando ya me iba, me llamó la atención una agencia de turismo de deportes de aventura que se encontraba al lado y ofrecía una gran cantidad de actividades; desde rafting hasta escalada en hielo o trekking con raqueta. Se me ocurrió acercarme y tratar de conseguir una bicicleta para darme un paseo por los alrededores mañana.
Entré a la agencia Desnivel Aventura, les conté sobre el proyecto Zaigua Through the Americas, todo el trabajo que estamos realizando en Latinoamérica y a los diez minutos estaba saliendo de Uspallata en un 4X4 rumbo al río Mendoza, increíble la disposición de todo el equipo de Desnivel.
En el camino, Nicolás, uno de los guías, me explicó que íbamos a navegar un tramo de unos 15 kms del río Mendoza con puntos de dificultad II, III y IV. Excelente, otra vez en mi medio natural: el agua. Llegamos al punto indicado, bajamos y preparamos el raft, me puse todo el equipo y al meternos al río me di cuenta de un pequeño detalle que antes no había considerado: la temperatura del agua. Estamos en época de deshielo y el agua baja de la cordillera andina totalmente congelada, y yo con mis chanclas playeras…
Gustavo, se encargó de la furgoneta y las fotografías, Juanjo de dirigir el raft, Julieta y Nicolás de apoyar a Juanjo y otros dos turistas y yo de disfrutar del descenso. La experiencia fue increíble (si no fuera por la temperatura del agua), navegamos por tramos de dificultad III y todo iba a las mil maravillas disfrutando de la compañía y el paisaje. Poco antes de finalizar nuestro descenso, llegó el momento más emocionante: el paso de “La Trampa” de dificultad IV. Lo llaman así por la poza que hay en medio del río con una enorme roca detrás. Según me enteré después, es muy común que los rafts vuelquen aquí frecuentemente.
Nosotros nos lanzamos con todo y… solo uno de nosotros se fue al agua y yo me llevé un buen golpe en la nariz, como no podía ser en otro lugar. Aunque había mucha corriente se notó la profesionalidad de los guías y con mucha tranquilidad rescataron al “naufrago”. La verdad que fue muy emocionante, y más cuando rememoramos el momento con las fotos que tomó Gustavo.
El resto del día no ha tenido tanta adrenalina pero seguro que esta noche soñaré con la trampa…
David
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Eduardo (martes, 10 diciembre 2013 20:01)
El que esta en el agua soy yo !!! ja.
Fue divertido, no veo la hora de volver !!!
Me encanto tu articulo !!!