Que viene, que viene!! eh eh!! que viene, que viene!! eh eh!! y llegaron los vehículos del Dakar que durante muchos años he estado viendo en la televisión y por fin los pude ver verdaderamente compitiendo.
Antes de las 8 de la mañana ya estábamos todos en pie para preparar el desayuno. Durante la noche más aficionados habían llegado y todos estábamos impacientes por ver llegar las motos, autos, camiones… Al poco rato empezaron a llegar rumores que debido al estado de la carretera se iba a modificar el recorrido, no podía ser, ¿no íbamos a ver el Dakar? El nerviosismo se hizo presente y muchos vehículos se empezaron a marchar a otros sitios. Nosotros hicimos lo mismo, en apenas 15 minutos recogimos el campamento y nos fuimos hasta otro lugar donde se suponía que iban a pasar todos los vehículos.
Mientras estábamos atentos a las noticias que iba dando la radio, montamos otro campamento. Como no podía ser de otra manera, hicimos el fuego para el asado y a cruzar los dedos para que toda la caravana pasara por donde estábamos. Pasaron dos horas y no ocurría nada, parecía que no íbamos a ver el Dakar. De repente, a lo lejos, vimos como la gente corría hacia los cerros y se levantaba polvareda en el horizonte, ya venían!!!
Enseguida empezaron a pasar los autos, por la velocidad a la que iban no podía distinguir a los pilotos, pero bueno, yo por si acaso animaba a todos, alguno tendrían que ser los españoles… Cada auto era diferente al anterior pero todos sus motores rugían con un gran estruendo, era increíble la velocidad que tomaban teniendo en cuenta el estado de la carretera.
Durante varias horas estuvieron pasando los autos y cuando nos cansamos fuimos hasta el campamento a retomar fuerzas con el asado y el vino. Lo mejor es que los vehículos pasaban a escasos metros del lugar en el que estábamos, no nos perdíamos ni un detalle.
Cuando acabaron de pasar los autos fue el turno de los camiones. Si ya me impresioné con los autos, con los camiones me quedé con la boca abierta. Esas máquinas monstruosas iban casi a la misma velocidad que los autos, y uno y otro y otro así durante un par de horas. A los únicos que no vimos pasar fueron a las motos y a los quads ya que a ellos les modificaron el recorrido, pero no importaba, ya había vivido realmente un rally Dakar.
Cuando acabaron de pasar todos los vehículos, recogimos el campamento y nos fuimos de regreso a Uspallata, cansados, llenos de polvo pero con la emoción del espectáculo que habíamos visto durante el día. El rally Dakar del 2014 nunca se me olvidará.
Por cierto en esta tercera etapa a la afición española no nos fue nada mal ya que Joan Barreda y Nani Roma ganaron en sus respectivas categorías J
David
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