Un largo camino de regreso a la Zaigua..

Luego de un mes de haber salido de Chile rumbo a México, llegó el momento de armar de nuevo mis maletas y emprender camino -de nuevo- hacia el sur, donde me esperan David y la Zaigua. Es triste despedirme de nuevo sabiendo que pasarán meses antes de que vuelva a ver a mi familia. Pero debo admitir que tambien es emocionante acercarnos cada vez mas a la meta que nos planteamos.

Mis vuelos son, por decirlo de una manera, un tanto conflictivos: me tomará tres días llegar a Usapallata, habré tenido en total 31 horas de espera en cuatro aeropuertos diferentes y habré estado en cinco países en solo esos tres días, cuatro aviones y un autobús... Agotador, esa es la palabra que define la situación.

Pero ha valido la pena totalmente. Solo espero no tener problemas para ingresar a Chile, ya que me piden ticket de salida del país y como de Chile salgo en autobús no tengo nada, excepto un número de confirmación que a migración no le dice nada.

Llegaré a Santiago por la madrugada y de ahí me ire hacia Uspallata, a conocer el sitio en el que ha vivído David este mes. Sí, a pesar de lo triste que fue despedirme de mi familia, estoy emocionada y espero que las horas que quedo varada en los aeropuertos pasen pronto y que el wifi este conmigo...

David, por su parte, se fue a ver el Dakar, que pasaba hoy cerca de donde se encuentra. Honestamente me da bastante envidia... Pero bueno, no se puede tener todo.

Por lo pronto yo seguiré leyendo, caminando y tomando café hasta que salga mi próximo vuelo. Ahora mismo estoy en Costa Rica y es exraño sentirme tan cercana a este sitio, me pongo a pensar y hasta el clima y sus nuves me son familiares; caigo a la cuenta, hemos dejado muchos recuerdos y amigos en este lugar. (Gilda y Juan me hubiese encantado verlos, espero esten disfrutando mucho de Colombia).

Espero la próxima vez que escriba ya sea desde Argentina!

Andrea