Hace casi tres semanas que llegué a Argentina y por lo pronto seguimos en Uspallata, el pueblito en el que me encontré con David y la Zaigua. La camioneta sigue descompuesta pero hoy, por fin, logramos meterla a un taller en el cual un mecánico militar está revisándola. Tal como lo dijo Iván Lomelí, nuestro mecánico en México, el problema es el distribuidor. Ahora cruzamos los dedos porque este mecánico la arregle y que el arreglo dure.
La vida en Uspallata es tranquila, y ya que me quedé sin trabajo, en ocasiones llega a ser aburrida… Aunque ha habido dos eventos sobresalientes que nos han alegrado los días: el primero, es que hice rafting con Uspallata al Límite. Fue una muy buena experiencia bajar el Río Mendoza en balsa.
El otro evento especial fue el cumpleaños de Franco. Franco es un chico, que junto con su familia, trabaja en el camping Juan Bautista –donde nos quedamos. Son una familia alegre, trabajadora y muy amable. Franco cumplió 21 años –aunque parece mayor- y nos invitó a su festejo.
Tere y Eliot, padres de Franco prepararon carne a la olla, ensaladas y puré de papa, todo riquísimo; además, Facha el dueño del camping, preparó berenjenas en escabeche. La mesa estaba puesta entre los grandes árboles del camping, con manteles blancos, rebozando de comida y rodeada completamente de invitados para cantarle “Cumpleaños feliz” a Franco. Nos recordaba de imágenes de películas en las que se ve familias italianas a la hora del almuerzo, en mesas en las que no falta el vino o el pan.
Fue algo muy agradable y le dio un vuelco a la rutina de nuestros días. Terminamos el festejo comiendo tarta de limón, mientras escuchábamos la música de un acordeón.
Argentina ha sido hospitalaria y abundante –mucha comida, demasiada comida. He aprendido que no todos los argentinos hablan con la “she”, osea que no todos dicen “ya shegué” o "esta shoviendo”, es más bien algo de Buenos Aires, Rosario, la Pampa, Neuquén… pero no de toda Argentina. No será el dato más importante, pero creo que es algo interesante.
Aún nos queda muchísimo por aprender de este país tan grande, por lo pronto y mientras arreglan la Zaigua, seguiremos practicando nuestra preparación o “cebo” de mates, que nos ha costado más de lo que nos habíamos imaginado nos costaría. Ya nos es habitual tomar mates todos los días, así que más nos vale aprender a hacerlos bien…
Andrea
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amelia venzor (martes, 11 febrero 2014 21:50)
animo ane es curioso dices que apenas tienes tres semanas y ami me parece que tienes mas. saludos y adelante.