El día de la boda

Hoy fue un día completamente diferente a los demás, fuimos invitados a una boda… La boda de Sabrina y Eneas.  ¿Quién lo diría? Nosotros yendo a una boda durante nuestra travesía.  Ya sabía yo que valdría la pena cargar año y medio con mis tacones y mi vestido…

Unos días atrás fue la despedida de soltera, lo cual para mí, fue también toda una experiencia.  Hacía tiempo no me reía y divertía tanto como esa noche celebrando el próximo matrimonio de Sabrina.  Pude ver la actitud fiestera de los argentinos  y la verdad es que me gustó mucho.

Sabrina es hija de Tere y Eliot. Tere junto con Facha, el dueño del camping en el que nos quedamos, se encargan de mantener el camping como un sitio lindo, tranquilo y limpio, por lo tanto fueron de las primeras personas que conocí.  

 A los pocos días de mi llegada a Uspallata me enteré que Sabrina se casaría dentro de algunas semanas –en ese momento me pareció que aún faltaba muchísimo tiempo para la boda- y conforme esas semanas fueron pasando, vimos a la familia de un lado a otro preparando hasta el más mínimo detalle para la celebración. 

Hoy se llegó el día de la boda y todo el trabajo que han hecho Tere, Eliot, Sabrina y sus hermanos, ha dado como fruto una hermosa noche.

Sabrina llegó a la iglesia de la mano de Eliot, su padre, y así dio inicio la velada.  Ya en el altar, ella y Eneas se dieron el sí y el sacerdote los declaró marido y mujer.  A eso le siguieron muchos abrazos, besos, lágrimas y palabras de afecto.  Se percibía y se veía la emoción de todos.

Entonces comenzó la fiesta… Llegamos al cuartel militar donde se celebraría la boda civil y el baile, al poco tiempo llegó la pareja de recién casados a  darse el sí una vez más,  ahora frente a un juez.

El resto de la noche bailamos y nos reímos durante horas.  Disfrutamos de la fiesta al máximo, y Sabrina y Eneas se veían felices.

La noche se pasó rápido, antes de que nos diéramos cuenta eran ya las seis de la mañana. Terminamos de celebrar ya de mañana, agotados y contentos.