Ayer dimos con un lugar perfecto para pasar la noche y también para pasar buena parte del día de hoy, la biblioteca de Osorno. Esta mañana nos encontramos con un cielo oscuro encapotado por densas nubes, hacía frio y daban ganas de quedarse a dormir en la Zaigua, bajo las cobijas. Pero había muchas cosas que hacer.
Estuvimos en la biblioteca hasta la una de la tarde probando la computadora, parece que todo va bien, excepto que tiene instalado el Windows 8 y es una pesadilla, pero ya nos acostumbraremos.
No tuvimos problemas para que nos dejasen trabajar en la biblioteca, de hecho, es un lugar bastante abierto al público en general; se puede hacer uso de los equipos –bastante modernos- o en caso de tener tu laptop, puedes usar wifi el tiempo que quieras sin costo alguno.
En el intervalo de tiempo durante el que cierran la biblioteca para el almuerzo, aprovechamos para hacer las últimas compras, aunque seguimos sin éxito para conseguir el cargador de la Nikon, incluso la mayoría de las tiendas ni siquiera manejan la marca. Hasta ahora eso es lo más preocupante…
Cerraron la biblioteca a las 6:00pm y a esa hora salimos de Osorno, rumbo Puerto Varas que se encuentra a menos de 100km de distancia.
Al llegar nos encontramos con un pueblo –ciudad pequeña- muy bello, frente a un lago y con una espectacular vista a un volcán coronado por nieve. Estaba nublado y así ha continuado el resto del día. Hace mucho frio, húmedo, de ese que cala en los huesos. Pero nada le quita lo bonito a este lugar, creo que el frío lo mantiene apacible.
Caminamos por el centro, entre los edificios de montaña hechos de madera; paseamos por la costanera y vimos cómo el sol se iba ocultando, entonces comenzó a hacer aún más frío.
Probablemente este sea uno de los sitios en Chile en que más turistas extranjeros hayamos visto hasta ahora, especialmente europeos; muchos mochileros y otros tantos viajando en casas rodantes.
Nos enfocamos en encontrar un buen sitio –tranquilo y con buenas vistas- para pasar la noche, pero lo del estacionamiento es un tanto complicado, especialmente en el centro –como en casi todos los lugares-, por suerte llegamos un viernes por la noche y las restricciones solo aplican de lunes a viernes hasta eso de las 9:00pm.
Encontramos un sitio para dejar la Zaigua, bastante transitado por peatones así que nos da un poco más confianza. David y yo vamos a salir un rato a caminar, a aprovechar este pueblo en el que me quisiera quedar mucho tiempo.
Andrea
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