Ché!!! Regresamos!!!
Se suponía que ayer íbamos a entrar de nuevo a Argentina pero entre unas cosas y otras se nos fue el tiempo y dormimos en Chile. Buena parte del día nos la pasamos en la carretera; por la mañana salimos de Puerto Varas (no sin antes hacer otra recolección de moras) y nos dirigimos a Osorno en donde tratamos de conseguir un lente nuevo para nuestra cámara, que ahora es lo que se ha roto. De nuevo no encontramos nada y partimos hacia el cruce fronterizo. Sin embargo, tomé la dirección equivocada e hicimos unos 100 kms de más y ya no nos dio tiempo a salir.
Esta mañana nos levantamos temprano en Entre Lagos y nos dirigimos al cruce fronterizo de Cardenal Antonio Samore para realizar los trámites de salida de Chile y entrada en Argentina. Todo resultó mucho más sencillo que hace unos días, se nota que se acabaron las vacaciones ya que casi no había gente. El único pequeño inconveniente del lado chileno fue que cuando entramos no nos dieron el papel de circulación de la Zaigua que ahora nos exigían, pero enseguida metieron nuestros datos al sistema y todo solucionado.
Del lado argentino también todo fue muy sencillo; sellamos nuestra entrada e hicimos los papeles de la Zaigua en apenas 15 minutos. Esta vez no nos revisaron nada, ya tenemos otros 90 días para seguir recorriendo Argentina comiendo asados, alfajores y matear con facturas J
Nada más entrar tuvimos una grata bienvenida. En uno de los miradores del lago Nahuel Huapi, conocimos A Mildred (Venezuela) y Patricio (Argentina) que estaban vendiendo artesanías con su combi. Estuvimos compartiendo durante un par de horas con ellos mientras nos contaban que en la actualidad estaban realizando su primer viaje largo en combi pero que a corto plazo también van a iniciar su viaje por América, les deseamos mucha suerte. Por casualidades del destino en este lugar, en el menos inesperado, conseguimos el cargador de la cámara. Un fotógrafo habitual del lugar que hace fotografías con Héctor, un enorme San Bernardo, nos vendió un cargador extra que tenía. Nos cansamos de buscar tiendas en Chile para conseguir ese cargador y en un mirador de carretera lo conseguimos, cosas que pasan.
Después de comer algo rápido en Villa la Angostura nos dirigimos hacia Bariloche. Tras haber conocido Junín y San Martín de los Andes teníamos muchas ganas de conocer esta ciudad de la que tanto nos habían hablado, pero la verdad que nos decepcionó un poco porque nos esperábamos otra cosa. Creíamos que nos íbamos a encontrar un pueblo de montaña con mucha arquitectura de montaña pero la realidad fue muy diferente.
Bariloche es una ciudad mediana, bastante turística donde las grandes cadenas y comercios se imponen a la arquitectura en madera que habíamos visto con anterioridad en la ruta. Había bastante gente teniendo en cuenta que la temporada alta ya terminó (no quiero ni imaginar cómo será en temporada alta) con muchos comercios, sobre todo de chocolate, y cabañas para hospedarse.
Dimos una vuelta rápida por el centro para conocer un poco y nos acabamos de estacionar en el lugar más seguro que nos ha parecido para pasar la noche: una estación de servicio YPF.
Mañana conoceremos con mayor detenimiento esta ciudad, a ver si nuestra primera impresión fue errónea.
David
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