Lo que el viento no se llevó

Otro día rutero hasta la medianoche marcado por el viento y sin pingüinos magallánicos.

El fuerte viento nos despertó esta mañana en Puerto San Julián, famoso entre otras cosas por ser el lugar donde se celebró por primera vez una misa en Argentina. En este pueblo costero pretendíamos ver los pingüinos magallánicos que vienen a reproducirse cuando el clima es más cálido en sus costas. El viento soplaba con tanta fuerza que decidimos desistir de nuestro propósito de recorrer la costa, así nos lo sugirieron en el punto de información turística. Nos quedamos sin ver estas aves, por ahora.

Lo que si pudimos visitar fue una réplica de la nao Santiago, una de las cinco embarcaciones capitaneada por Hernando de Magallanes que llegó a la bahía de San Julián en 1520. Construida a escala real, alberga un museo lleno de réplicas que hace que te transportes a la vida marinera cinco siglos atrás.

Este museo cuenta el origen y transcurso del viaje y del motín acaecido en Puerto San Julián. Aprendimos como fue el encuentro con los nativos de la región, los Tehuelches, y cuáles eran las tareas diarias de los tripulantes. Lo que más nos llamó la atención fueron el enorme timón y los instrumentos de navegación que utilizaban para orientarse (la rosa de los vientos, el astrolabio, la tabla de marear…), ni comparación con los aparatos electrónicos modernos. También conocimos el origen de la expresión “Irse al carajo”, ni ganas que nos mandaran allá.

Antes de marchamos visitamos la plazoleta Héroes de Malvinas y el monumento Primera Misa y volvimos a la ruta

Sabíamos que hoy no íbamos a llegar a El Calafate pero queríamos acercarnos lo máximo posible. Teníamos dos opciones: llegar hasta Río Gallegos y de ahí a El Calafate o llegar hasta Luis Piedra Buena y luego dirección hacia El Calafate. La primera opción suponía recorrer más kilómetros que la segunda (más de 300 kms) aunque todo el camino estaba asfaltado. En Gendarmería nos dijeron que si íbamos de Luis Piedra Buena hasta Tres Lagos eran unos 240 kms pero con más de 100 de camino de tierra. Decidimos ir por el camino corto y al final se nos hizo largo.

Que infierno de camino, la vía no estaba en tan malas condiciones, pero con la Zaigua tuvimos que ir muy lentos para no tener ningún problema con los neumáticos y acabamos llegando a Tres Lagos casi a medianoche. Circulamos a una media de 25 kms por hora, sin música ni radio lo único que nos entretuvo fue contar las liebres que se nos cruzaron (21 en total).

Hace bastante frío y aunque el viento no sopla aquí con tanta fuerza, la sensación térmica es bastante baja, pero bueno, mientras esta noche no echemos a volar…

David