Ayer en la oficina del Parque Nacional de los Glaciares nos dieron mucha información de las rutas que podíamos realizar. Acá vienen alpinistas y escaladores de todo el mundo para tratar de alcanzar la cima de algún cerro del Cordón Adela. Es un lugar privilegiado debido a la dificultad de los tramos y la escasa altitud de los cerros, el cerro más alto, el Fitz Roy, tiene una altitud de 3405 metros.
Nosotros, ni somos escaladores, ni tenemos unas condiciones óptimas para escalar, así que optamos por un trekking de dificultad media de 4 horas de duración.
Nos dirigimos hasta la Hostería El Pilar y de ahí comenzamos a caminar en dirección al campamento Poincenot. La mayor parte del tiempo caminamos entre un bosque húmedo con la única compañía de las aves y algunos turistas como nosotros, un verdadero placer. La primera sorpresa nos la llevamos cuando tras subir un pequeño cerro, divisamos la laguna Piedras Blancas con su glaciar detrás, impresionante. Era como si estuviéramos viendo una postal pero con sonido incluido ya que de tanto en tanto se escuchaba como el glaciar se resquebrajaba. Era tan imponente la vista que estuvimos haciendo fotos hasta cansarnos.
A continuación, continuamos caminando hacia el campamento base Poincenot pero con pocas esperanzas que pudiéramos ver el cerro Fitz Roy. El clima era idóneo para caminar, estaba nublado y le daba un ambiente muy místico a nuestra travesía, pero cuando llegamos al campamento Poincenot esas mismas nubes nos ocultaron el Fitz Roy y otros cerros aledaños. Estuvimos esperando un rato a ver si de casualidad llegaba una ráfaga de viento y podíamos ver algo, para nuestro infortunio únicamente pudimos ver una pequeña parte del cerro.
Aunque no alcanzamos nuestro propósito tampoco nos desilusionamos, si no es hoy, ya será mañana. Regresamos a la Zaigua y como todavía nos quedaban bastantes horas de luz, decidimos acercarnos hasta el Lago del Desierto, a 37 kms de El Chalten por un camino de tierra.
El camino era espectacular, el otoño se aproxima y muchos árboles ya están cambiando el color de sus hojas, pudimos apreciar las diferentes tonalidades del otoño que se avecina. El camino nos imponía su ritmo, teníamos que transitar lentamente para no dañar a la Zaigua pero eso no era problema, así apreciábamos mejor los lugares que íbamos pasando.
Cruzamos bastantes arroyos y ríos y en uno de ellos aprovechamos para llenar nuestras reservas de agua, liquido puro que descendía de los glaciares. El río de las Vueltas nos acompañó a un costado hasta que llegamos al final del camino en el Lago del Desierto. En la época estival este lago se puede cruzar en barco para llegar hasta Chile, nosotros únicamente nos dedicamos a contemplarlo. De nuevo, nos encontrábamos rodeados de nieve y glaciares. Además, tuvimos la fortuna de ver uno de los animales que hemos perseguido durante muchos meses : el cóndor.
Aprovechamos a cocinar algo para recuperar energías y regresamos a El Chaltén. El clima ha ido cambiando durante el día y a última hora ya se podía ver el cerro Fitz Roy. Si no cambia la climatología quizás mañana hagamos otra caminata para verlo más de cerca, todo dependerá de cómo descansen nuestras doloridas piernas…
David
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eli (martes, 18 marzo 2014 11:41)
Que lindas fotos chicos , aire puro y fresco, feliz de verlos muy bien , abrazo grande chicos. Eli. Jose y perros
Zaigua (martes, 18 marzo 2014 12:00)
Gracias Eli, nosotros ya estamos ansiosos por ver el comienzo de su viaje!! Un abrazo para los dos y tírale la pelota al enano de nuestra parte ;)