Este día pudiera fácilmente pasar a ser parte de alguna serie de televisión, dada su peculiaridad…
Esta mañana despertamos en el istmo de Península Valdés, a unos 70km de distancia de Puerto Madryn –la ciudad más cercana a ese punto. Todo iba bastante bien, es más, ni siquiera estaba nublado. Pero para nuestra sorpresa, la camioneta no arrancó cuando nos disponíamos a salir de Península Valdés para dirigirnos a Madryn.
Pasaron un par de horas antes de que nos diéramos por vencidos: la Zaigua no quería andar, o más bien, no sabíamos cómo echara a andar. Nos encontrábamos en medio de la nada, lejos de la ciudad y lo único que teníamos era el wifi del centro de información de la península – lo cual fue suficiente.
Luego de sacar el distribuidor de la camioneta –pensando que ahí estaba el fallo- y volver meterlo sin que eso cambiara nada –la Zaigua seguía sin arrancar- nos pusimos en contacto con los chicos de Club de Kombis VW Puerto Madryn, para pedirles consejo.
Los consejos nos los dieron, pero no teníamos mucha idea de cómo ponerlos en práctica, además no teníamos herramientas… Ya que no podíamos hacer nada, optamos por investigar cuánto nos costaría una grúa del Istmo a Puerto Madryn, pero la respuesta no fue nada alentadora: 100 dólares por el trayecto.
A nuestra desdicha se unieron ráfagas de viento con lluvia que empeoraban todo, incluido nuestro ánimo. Las horas iban pasando y no lográbamos mejorar nada, por suerte teníamos comida y en el centro de información se podía comprar café o agua caliente.
De pronto David me dice que alguien se ofreció a venir a ayúdanos: Pablo, un chico del club de Kombis. Eso le dio un vuelco completo a nuestro día.
Pablo llegó cuando la lluvia ya había cesado un poco, traía consigo un overol y sus herramientas, y de inmediato se puso a revisar el motor, evidentemente Pablo sabe mucho más de mecánica que David y yo juntos.
El sol comenzaba a ponerse y la camioneta aun no encendía, así que Pablo sacó una cuerda y remolcó la Zaigua. David y yo todavía no podíamos creernos que aun sin conocernos –como ya no ha pasado antes- Pablo se ofreciera avenir hasta acá a echarnos la mano y que ahora nos estuviese remolcando 70km con su Passat.
Nos dio mucha risa que siendo remolcados íbamos más a prisa -100kph- de lo que la Zaigua suele ir -80kph. La camioneta es muy pesada y terminó por sacarle la defensa a la Passat de Pablo; nos dio muchísima vergüenza, pero antes de decirle nada él nos dijo: esperen aquí 10 minutos ya vuelvo. Se fue hasta su casa y regresó con una van en el que terminó de remolcarnos.
Pablo nos llevó hasta su apartamento, nos indicó donde podíamos comprar comida, nos mostró su casa, nos dio la clave del wifi y nos dejó las llaves: increíble. Él tenía que irse a trabajar, así que salimos con él y nos fuimos a comprar una pizza. De regreso en su apartamento aun no creíamos el giro que había dado nuestro día, ni que alguien estuviese haciendo tanto por nosotros sin conocernos…
Estábamos cenando cuando tocaron a la puerta, era Martín, el presidente del Club de Kombis VW PM y venía por nosotros para llevarnos a una reunión que tenían en su taller –él es artista plástico. Afuera estaban Lucas, Juan y Guillermo, también miembros del club, todos dentro de una bella Westfalia.
Bajaron de la kombi y comenzaron a amarrar cuerdas para remolcarnos hasta el taller, en donde nos esperaban tres integrantes más: Naza esposa de Guillermo, su pequeño bebé Lorenzo y la pareja de Martín. Nos recibieron con ricas pizzas, cerveza y charla.
El resto de la noche fue el cierre perfecto para un día tan extraño, peculiar y lleno de sorpresas como este. Estamos acostumbrados a que nos pase de todo, pero lo de hoy nos ha dejado con la boca abierta.
Martín nos dejó también la llave de su taller, ya que pasaremos la noche estacionados aquí porque ya es tarde. Ya mañana iremos a con el mecánico y probablemente también veamos a Pablo, que apenas nos conoció tuvo que irse.
Gracias al Club de Kombis VW Puerto Madryn, gracias a Pablo que se animó a ir hasta el istmo a remolcarnos, gracias a todos por la bienvenida que nos dieron y la confianza que nos han brindado apenas conocernos, nos han hecho sentir sumamente reconfortados y muy agradecidos por encontrar gente como ustedes!
Andrea
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Leandro (jueves, 28 agosto 2014 14:15)
Muy lindas experiencias de viaje. Que buena onda la gente del club! Gran gesto de mis compatriotas. Gracias por recorrer la Argentina.