Reencontrarse con la gente que uno va conociendo en el camino es uno de los mayores gustos que nos podemos dar al viajar. Conocer a alguien en un punto del camino, para después volver a encontrarse en otro, es sumamente enriquecedor porque te puedes dar cuenta de cuánto es que han cambado las cosas desde la última vez que estuviste con esa o esas persona(s). Aquí en Buenos Aires hemos tenido la fortuna de encontrarnos con varios amigos de la ruta.
Nos encontramos con José y Juan, de Colombia; también nos encontramos con Hoika -de Hong Kong- que casualmente está viviendo con Jan-de Republica Checa- en el mismo barrio que estamos nosotros y donde también viven José y Juan. Todos nos conocimos en Ushuaia, en la cabaña del fin del mundo en donde nos recibió Cesar hace un par de meses. Desde entonces cada quien ha pasado por cosas distintas, algunas muy buenas y otras no tanto, pero es muy interesante escuchar por dónde fue el camino de cada uno.
Nos vimos con Hoika y Jan para cenar en el restaurante en el que Jan–que es chef –consiguió trabajo. La pasamos muy bien, la cena fue muy rica y las conversaciones muy interesantes. Los cuatro estamos en Buenos Aires temporalmente, Hoika y Jan han encontrado buenas oportunidades para detenerse y tratar de hacer algo de dinero para continuar la ruta. Ambos viajan ‘a dedo’ y en uno de los últimos viajes el chofer le robó a Hoika su dinero y iPod; así que esta parada es forzosa, pero la esta disfrutando al igual que nosotros. Consiguió que les dejasen una habitación a cambio de trabajo de remodelación en el edificio en el que están ahora: se encarga de quitar la pintura vieja, enyesar y pintar de nuevo.
Jan ha pasado por mil y un cosas para llegar hasta acá, una de ellas es la historia de la playa: se quedó cinco días aislado por una tormenta en una playa solitaria, sin agua ni comida; bebía de los charcos que dejaba la lluvia y cuidaba que las aves no se la bebieran, pasó los días comiendo cangrejos y algas. Creo que las historias de Jan son en definitiva, las más extremas de todos…
Con José y Juan nos reunimos a comer arepas colombianas y tomar chocolate caliente–no me había percatado de lo mucho que extrañaba esas arepas colombianas. José y Juan también hicieron ‘dedo’ desde Ushuaia hasta Bahía Blanca, en donde tomaron un tren que los trajo hasta Buenos Aires.
Es muy divertido escuchar las historias de Juan y José: lo mucho que han aprendido de los camioneros, la belleza que encuentran en cosas que quizá otro ignoraría, sus aventuras y desventuras en la ruta…
Compartir historias con otros viajeros es bastante inspirador, te da ideas y también te sientes identificado. Hay veces que ni es necesario entrar en detalles porque la mayoría de viajeros han pasado por situaciones similares, aunque también hay otras muy particulares que solo le pasan a unos cuantos.
Lo siguiente será que nos reunamos los seis!
Andrea
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Juan Fernandez (domingo, 25 mayo 2014 17:55)
Hola Jovenes ,hoy Domingo 25 ,nos recreamos con sus historias y nos agrada saber que "extrañaron" las Arepas Colombianas recuerdo las de " Chocolo con queso " que preparamos y compartimos con Ustedes en nuestra casa en Costa Rica .
Pura vida y ......... ......Siempre p'lante
Zaigua (lunes, 26 mayo 2014 00:58)
Uyyy Juan, aquellas que probamos en vuestra casa fueron las primeras y nunca se nos olvidaran, que ricas estaban.
Un abrazo muy grande para ti y para Gilda!!!