La Casa Rosada es un icono de Argentina que se puede visitar e incluso acceder al despacho presidencial, no íbamos a perder la oportunidad de sentirnos como presidentes durante un rato.
Todos los sábados y domingos, si no hay ningún acto oficial, la presidencia de gobierno abre sus puertas al público para conocer el lugar de trabajo de la presidenta y los ministros. La visita guiada es gratuita y te permite pasear por la mayoría de las salas que normalmente solo vemos en los medios de comunicación.
La Casa Rosada, finalizada en 1898 y declarada Monumento Histórico, enseguida atrae tu atención por su color. Existen varias teorías acerca de su tonalidad, pero la que tiene más fuerza dice que cuando se construyó la Casa Rosada no había muchos colores donde elegir a la hora de pintar (normalmente simplemente se utilizaba pintura con cal), sin embargo, al ser un edificio de tanta importancia buscaron un color que lo hiciera resaltar por encima de los demás. Simplemente lo que hicieron fue añadir sangre a la mezcla y así tomó ese color rosado que la caracteriza.
Una vez pasado el correspondiente arco de seguridad, nos recibieron los Granaderos, la Guardia Presidencial, y como no podía ser de otra manera nos hicimos una foto con ellos. En lo que esperábamos nuestro turno para la visita guiada, estuvimos curioseando los cuadros que diferentes presidentes y ex-presidentes latinoamericanos habían donado con motivo del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810 para la Galería de los Patriotas Latinoamericanos, un homenaje a los líderes que lucharon por la libertad y la independencia de la región.
El tour comenzó por el salón de los pueblos indígenas, donde se rinde homenaje a los pueblos originarios de Argentina ,y después continuamos subiendo y bajando escaleras conociendo diferentes espacios como el Salón de los Científicos, de los Ídolos, de los Pintores o de las Mujeres Argentinas. También recorrimos el Salón Blanco y el Patio de las Palmeras aunque el mayor atractivo de la visita fue el despacho presidencial, el lugar de trabajo de la presidenta. Este último lugar fue el único que no pudimos fotografiar por medidas de seguridad.
Después de casi una hora de paseo por la sede del poder ejecutivo nuestra visita concluyó con una perspectiva diferente de lo que es el trabajo de presidir una nación, tendrá muchos aspectos positivos y negativos pero tiene que ser un placer “laburar” rodeado de historia.
David
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