No hay una visita completa a Buenos Aires si no se conoce La Boca. Cualquier guía de turismo y muchos porteños, cuentan que es uno de los barrios más típicos por su tradición pero que también es un vecindario conflictivo y es mejor evitar llegar caminando y ceñirse únicamente a las calles turísticas. Yo desoí estos consejos y con un poco de precaución y sentido común llegué andando sin ningún incidente.
Su historia moderna se remonta a finales del siglo XIX cuando la migración europea que vivía en este puerto (especialmente italianos pero también griegos, alemanes y franceses) decidieron darle un toque de color a sus sobrias viviendas. Utilizando los restos de pinturas que se utilizaban para pintar los barcos, los boquenses comenzaron a colorear las láminas de metal que constituían las paredes de sus casas y cuando se acababa un color, utilizaban otro, esta la razón de tan característica decoración.
A mediados del siglo XX, de la mano del afamado pintor local Benito Quinquela y un grupo de vecinos, se recuperó un pequeño callejón de apenas 150 metros inspirados en esa decoración pero utilizando colores más vivos y variados, así nació el famoso Caminito tan perseguido por los turistas cámara en mano.
El Caminito es lo que se creó, una atracción turística que trata de reflejar la Boca de principios del siglo XX pero ya es tan comercial que simplemente se ha convertido en ellugar perfecto para hacerse una foto con Maradona, con el papa Francisco o con los tangueros.
Los balcones de las casas tienen imágenes de personajes famosos, el tango sale de cada rincón y lo más normal es comer en un restaurante admirando como los bailarines entrecruzan sus piernas. Para la sobremesa, la actividad principal es el shopping ya que hay una gran cantidad de tiendas para que te lleves el llavero del Papa, la camiseta de Messi o el imán de los tangueros. En fin, demasiado turístico para mi gusto pero muy atractivo visualmente.
A escasas cuadras de El Caminito, se encuentra la “casa” del ídolo local, Maradona. La Bombonera es el estadio del Boca Juniors, uno de los equipos con mayor trayectoria deportiva de América. Una lástima que la temporada se haya acabado, hubiera sido muy interesante vivir el fútbol argentino.
El paseo por La Boca terminó por los alrededores del Caminito tratando de ver algo más auténtico de este barrio con tanta tradición, siempre imponiendo la precaución al espíritu aventurero, no creo que la alta criminalidad de La Boca tampoco sea un mito.
No sé si el ambiente influiría pero fue salir de la Boca y querer aprender a bailar tango, tratar de emular a Maradona y comer un buen choripán ¿será casualidad?
David
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