Del charrúa al che: Estamos de regreso!

Estamos de regreso en Argentina! Hoy por la mañana nos dirigimos desde Young hasta el puesto fronterizo de Paysandú-Colón para   hacer los trámites necesarios para regresar a Argentina. Al igual que cuando entramos, en la frontera Uruguay-Argentina, solamente se realizan trámites migratorios con una oficina migratoria–por así decirlo–que vale por ambas; por ejemplo, ahora que salimos, solo debemos hacer trámites en migración argentina, son ellos quienes nos dan el sello de ingreso y eso anula la estadía que teníamos en Uruguay.

En cuanto a la camioneta el trámite sí debe hacerse con ambas aduanas. Esta vez nos llevamos una sorpresa: la aduana argentina estaba muy reticente a darnos la entrada una vez más, dado el número de ingresos que hemos hecho al país–cinco en total–sospechaban de nosotros que estábamos saliendo y entrando a Argentina para evadir el pago de la importación del vehículo que tienen que hacer las personas que residen en el país.

A pesar de que explicamos claramente la situación y el hecho de que salimos y entramos del país porque hemos visitado también los países vecinos, además de que estamos en ruta hace dos años, no parecían nada convencidos y la opción que nos daban era una visa por tres días, tiempo suficiente para ingresar y volver a salir, pero ahora rumbo a Paraguay.

Tuvo que pasar un buen rato y muchas explicaciones para que aceptaran darnos la entrada regular–90 días–a lo cual siguió una revisión a la camioneta, bastante sencilla y listo, por fin estábamos de regreso en la tierra que nos ha tenido por tanto tiempo “de pasada”.

Para festejarlo propiamente nos fuimos directo a por lo necesario para hacer un buen asado, después al sitio en el pasaremos la noche: Parque Nacional el Palmar.  Lo único que no pensamos fue que en los parques nacionales no se puede hacer asados! Así que a la sartén tuvo que ser…

Lorena, guarda fauna en el parque, se acercó a explicarnos un poco del lugar y de lo que estaban haciendo, y nos permitió entrar al área de camping explicándonos que la caza se daba en lo senderos al interior del humedal.

Condujimos 12 kilómetros hasta el sitio en el que dormiremos–sin luz o ruido, excepto el de los animales–en el camino nos deleitamos con varias criaturas nocturnas que salían a comer: vimos carpinchos–el roedor más grande del mundo, puede llegar a pesar hasta 65 kilos–, también vimos lo que creemos es un osito lavador y varias vizcachas. Fue un camino muy entretenido.