Seguimos atrapados por las aguas del río Uruguay en Santo Tomé y hemos aprovechado para relajarnos un poco y conocer más sobre esta localidad correntina.
Nos ha llamado la atención que pese a haber cientos de evacuados en la ciudad no se vive un ambiente de caos ni los estantes de los comercios se vacían, la población trata de seguir su vida aunque siempre con un ojo puesto en el río y viendo cómo se puede ayudar a los afectados. Según nos comentaron esta es la crecida más grande de los últimos 30 años.
Santo Tomé fue fundado por los Jesuitas en 1638 pero casi no se conserva nada de la reducción jesuítica. En la biblioteca local se encuentra el pequeño museo Miguel J. Centeno que alberga algunas piezas históricas y otras tradicionalistas de la región. En la plaza sobresale la estatua del general San Martín y su iglesia, su plaza principal parece que te invita a pasear.
Además de turistear un poco aprovechamos para hacernos una limpieza dental que ya nos hacía falta. Santo Tomé tiene una Universidad de Medicina bastante reconocida a nivel internacional ya que según nos contaron más de la mitad de los estudiantes son brasileños. En parte vienen por la calidad educativa pero sobre todo son motivos económicos los que los atraen ya que les resulta mucho más barato estudiar en Argentina que en Brasil.
La otra actividad en la que dejamos pasar las horas, además de tontear en internet y hacer un poco de artesanías, son nuestras recién inauguradas “Jornadas Gastronómicas en Santo Tomé”. Como tenemos bastante tiempo, nos dedicamos a cocinar y a veces nos salen unos bocadillos de tres pisos como hacía tiempo no comíamos.
En gendarmería nos han dado diferentes opiniones sobre el estado de la ruta 14. Unos dicen que mañana por la tarde probablemente ya se va a abrir la carretera y otros nos advierten que en todo el fin de semana no se va a habilitar y sería mejor que cruzáramos a Brasil ya que esa vía no está cortada, ojalá que los primeros tengan razón…
David
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