Las festividades aquí en Yaguarón terminaron al comenzar la madrugada y se reiniciaron muy temprano en la mañana. Una caballeriza escoltó a San Buenaventura hasta la iglesia en donde el obispo ofrecería una misa.
El templo de Yaguarón es reconocido por su belleza. Nos mencionaron que se está realizando el proceso pertinente para que la UNESCO lo declare patrimonio de la humanidad. El recinto es amplio y decorado a detalle, realmente bello y conservado. En las paredes se puede apreciar el paso del tiempo, que ha dejado su huella en la madera y la pintura.
Al terminar el acto religioso la gente se trasladó hacia el lote en el que se lleva a cabo el rodeo. Comenzó el espectáculo con una muestra de destrezas a caballo, y de pronto notamos que la gente observaba el cielo. Nos percatamos de que seguían con la vista a un helicóptero que sobrevolaba el área, del que –para nuestra sorpresa– saltaron unas siete personas.
Vimos cómo se ondeaban con el viento los parapentes de colores y luego de un rato, estaban aterrizando justo en el centro del área de rodeo en medio de aplausos y silbidos. Fue emocionante.
Cuando pensábamos que el espectáculo había terminado, el helicóptero hizo un círculo en el cielo y comenzó a descender hasta aterrizar en el mismo lugar en el que habían tocado tierra los parapentes –a solo metros del público– en medio de todos los que espectábamos boquiabiertos y con los pelos de punta –literalmente– por el fuerte viento que producían las aspas.
Del helicóptero descendió el alcalde de Yaguarón, saludó a los pilotos y el helicóptero se elevó de nuevo dejando una nube de polvo en el público, pero eso no impidió la ola de aplausos que cerró el espectáculo aéreo y dio paso a que los vaqueros retomaran el rodeo.
Definitivamente los paraguayos saben cómo celebrar.
Salimos de Yaguarón sin poder despedirnos de nuestros nuevos amigos ya que todo mundo estaba disperso en el festejo. Fue una experiencia muy grata y estamos muy agradecidos por la hospitalidad de la gente de Yaguarón, en especial por la de Don Luis–mecenas de evento– Richard y Manito Moreno. Nos vamos de este sitio con un muy bonito recuerdo.
Hoy será nuestra primera noche en Asunción, la capital paraguaya. Hasta ahora solo hemos podido ver el tráfico vehicular y un poquito del centro. Encontramos lo que parece un buen sitio para pasar la noche y descansar. Mañana descubriremos la ciudad.
Andrea
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