Cuando nos levantamos hoy en una de las ciudades más grandes del mundo, no teníamos ni idea del recibimiento que nos iban a brindar los paulistas.
Hoy, el Sampa Kombi Clube participaba en un evento de autos y motocicletas antiguos y a primera hora de la mañana ya estábamos curioseando en el lugar del encuentro. Muy amablemente la organización nos invitó a pasar e incluso a exponer nuestras artesanías. La Zaigua enseguida captó la atención, es muy común ver kombis en São Paulo, pero una con placas mexicanas es más inusual. Poco a poco empezó a llegar más gente y comenzamos a charlar con otros aficionados. A todos les llamaba la atención nuestro motor ya que es un motor que Volkswagen no utilizó para la fabricación de sus kombis en Brasil.
La mañana continuó conociendo más y más gente; los representantes del club de Sampa nos agasajaron con varios artículos, algunos muy dulces que nos encantaron: chocolates y caramelos J; Castillo, un señor que acudía con su kombi por primera vez a un evento de este tipo nos obsequió con una placa estadounidense; Narahari, un vendedor de artesanías colombiano, nos ayudó bastante con nuestro portugués. Aunque a veces nos costaba un poco la comunicación, estábamos encantados de ir haciendo nuevas amistades.
Para nuestra sorpresa, cuando ya estábamos a punto de irnos aparecieron Douglas y Cris. Douglas nos contactó hace varios meses invitándonos a comer una feiojoada y había venido a buscarnos para cumplir su propósito.
Recogimos todo, nos despedimos de los chicos de Sampa (aunque no será la última vez que los veamos) y atravesamos toda la ciudad siguiendo a Douglas y Cris. Nos llevaron a un lugar de comida casera y probamos nuestra primera feiojoada. Los ingredientes de esta comida típica brasileña son frijoles y carne de cerdo que se acompañan con arroz y farofa (harina de mandioca). Aunque se acostumbra a comerla los miércoles y los sábados, nosotros tuvimos la suerte de probarla en domingo y con una caipirinha J
Douglas y Cris insistieron en que teníamos que quedarnos esta noche en su casa y nos hemos dejado convencer (aunque la verdad es que se nos va a hacer raro dormir fuera de la Zaigua y tener cuatro paredes alrededor).
Douglas es un viajero que ha recorrido varios países de Sudamérica y hemos estado toda la tarde compartiendo historias de viaje entre coxinha y coxinha (un aperitivo típico brasileño que me recuerda a las croquetas españolas).
Siempre tenemos recelo a entrar a las grandes ciudades porque nos condicionan en muchos aspectos, sin embargo los paulistas nos están mostrando una cara muy acogedora de su ciudad, muchas gracias por este recibimiento tan grato.
David
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