Ni bien terminamos nuestro primer día en Rio para cuando acabó nuestra suerte meteorológica. El cielo se cubrió de nubarrones y el calor dio tregua. La verdad no me había afectado en lo más mínimo–al contrario, agradecí ese cambio de temperatura para descansar un poco del calor–hasta que mi día en la playa–tomando el sol, por primera vez en un año–tuvo que ser suspendido.
Por suerte Rio tiene más que playas… así que nos fuimos a dar un paseo al centro de la ciudad. Encontramos un tour gratuito que comenzaba cerca del centro, el típico que toman los extranjeros en ciudades como esta. Nos unimos al grupo y comenzamos el recorrido que nos llevó por algunos de los puntos característicos del Barrio de la Lapa–que es en realidad una zona de la ciudad, en la cual se concentra gran parte de la actividad cultural de Rio de Janeiro.
En la Lapa se concentran dos puntos arquitectónicos que caracterizan a Rio, el primero son los Arcos de Lapa o Acueducto Carioca, que fue construido por los portugueses durante la época de la colonia para abastecer de agua a la ciudad, y hoy en día es paso obligatorio para aquellos que quieren utilizar el teleférico o bondinho hacia el Barrio Santa Teresa.
El segundo punto es la pintoresca Escalera de Selaron. 215 peldaños que fueron decorados por el artista chileno Jorge Selarón, quien declaró que esa obra la terminaría el día de su muerte–fecha que llegó el año pasado.
En la escalera se encuentran mosaicos de todas partes del mundo y de una inmensa variedad de estilos y temas. Solo observar con cuidado los mosaicos llevaría al menos una hora. Ya que el día estuvo lluvioso no había tantos turistas como los suele haber, sin embargo era complicado tomar una fotografía en la que nosotros fuésemos los protagonistas–y no la persona que estaba posando de tras nuestro–pero lo logramos. Más o menos.
Pasamos por callecitas adoquinadas, llenas de bares, cafeterías y pequeños restaurantes que se extendían más allá de la acera con sus mesas y manteles. Pasamos por la cafetería Colombo, una de las más famosas–y nada barata– de Rio. La cafetería en si es un lujo: las paredes están recubiertas de cristales y la iluminan candelabros que hacen juego con las paredes; los mozos vestidos smoking y toda la indumentaria perfectamente cuidada.
Nos detuvimos frente al edificio del Ayuntamiento, el Teatro Municipal y Bellas Artes. Que juntos hacen una bonita combinación de edificios a pesar de que sus estilos son completamente diferentes.
Para cuando estuvimos de regreso en los Arcos la lluvia caía a chorros. El grupo se dispersó rápidamente y nosotros nos resguardamos bajo un árbol hasta que la lluvia paró un poco. Decidimos incursionar un poco más por el centro y nos fuimos a las calles de comercio. Antes de irnos la guía del grupo mencionó que el centro es el mejor lugar para aprender y bailar samba, ya que es en esta zona en donde comenzaron los grupos de samba de la ciudad.
Se nota una tremenda diferencia entra la zona de Ipanema, Lebron y Copacabana con respecto a las áreas folklóricas en las que estuvimos hoy. También vimos un cambio en los precios, el centro sin duda es más barato–como suele pasar en casi todos lados.
Ya cansados y mojados-pero muy satisfechos por nuestro tour- optamos por tomar el metro de regreso a Lebron–el área en la que está la camioneta–No habremos ido a la playa pero si pudimos conocer otra cara de Rio de Janeiro y en definitiva, hay mucho más que ver y hacer que recostarse en la arena...
Por lo visto la lluvia continuará el resto del día y probablemente mañana, así que mis planes de tomar el sol tendrán que postergarse hasta mi suerte mejore.
Andrea
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javi (domingo, 31 agosto 2014 11:03)
grande ese atletiiiiiiiii