Al mal tiempo, buena cara

Hace unos días salimos de nuestro pequeño paraíso (playa Mamoá) y continuamos unos kilómetros más hacia el norte hasta llegar a Itacaré. Aquí nos hemos reencontrado con Pablo y Mariana, nuestros amigos viajeros del Renault 12, y la climatología ha dado un giro radical.

 

Itacaré es uno de los puntos de surf más destacados del circuito nacional brasileño, de hecho en poco más de un par de semanas se celebra una competición internacional que atraerá a deportistas y aficionados de todo el mundo. Nosotros incluso estamos pensando en quedarnos hasta esa fecha para aprovechar a trabajar en el área de turismo pero eso ya se verá.

 

 

La gran sorpresa que nos llevamos nada más llegar fue volver a ver a nuestros amigos Pablo y Mariana. Hace un par de semanas nos despedimos de ellos en Trancoso con la seguridad que nuestros caminos se volverían a cruzar y efectivamente el destino nos reunió. Gracias a ellos hemos estado entretenidos estos últimos días porque la climatología no nos ha acompañado en esta ocasión.

En la "cama-oficina"
En la "cama-oficina"

Excepto el primer día que llegamos que estuvo soleado, el resto de la semana se la ha pasado nublado y lloviendo, ni hemos podido disfrutar de la playa ni ponernos a vender artesanías. Nos ha tocado pasar mucho tiempo trabajando en la “cama-oficina” y cuando clareaba un poco aprovechar a charlar con los chicos.

Pero tampoco ha sido algo insufrible, aunque ha llovido no ha hecho frío y hemos tenido la oportunidad de visitar algunas playas cercanas. Conocimos la playa de Tiririca que están preparando para el campeonato de surf y disfrutamos con la excursión que hicimos hasta la playa Jeribucaçu. Para llegar hasta esta playa tuvimos que movilizar nuestras casitas rodantes y conducir hasta las afueras de Itacaré.

 

Dejamos los vehículos en uno de los estacionamientos de pago que hay e hicimos una pequeña caminata por un sendero hasta llegar a la costa. Como el día estaba lluvioso prácticamente no había nadie. Aunque no nos pudimos bañar en el mar, si lo hicimos en una ducha natural de una laguna y aprovechamos para recoger materiales para nuestras artesanías y abrir cocos.

 

 

En esa zona la mata atlántica está muy bien conservada y está llena de palmeras con una gran abundancia de cocos, obviamente hicimos nuestra propia recolección.

Debido al clima estamos pensando en volver a la ruta mañana pero nos sentimos cómodos en nuestro barrio viajero. Es posible que nos quedemos algún día más por acá, al fin y al cabo tener amigos para compartir es tan agradable o más que conocer nuevos lugares ;)

 

 

David

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Comentarios: 1
  • #1

    silvia Torres (miércoles, 29 octubre 2014 00:58)

    Chicos!!! que alegria que se encontraran de nuevo, y poder compartir estos momentos maravillosos e inolvidables, una lluvia de bendiciones.

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