Después de pensarlo bien durante los últimos dos días, decidimos poner rumbo hacia Salvador de Bahía. Para la prueba del campeonato de surf todavía quedan dos semanas, demasiado tiempo para nosotros ya que por temas de visado no tenemos mucho tiempo más para estar en Brasil y era mejor ir dirigiéndose hacia el norte a ritmo zaigüero.
Lo peor de irnos de Itacaré fue despedirnos de Pablo y Mariana (Latiendoamérica), ya teníamos nuestro “barrio viajero” y estábamos muy a gusto compartiendo vecindario, pero bueno, seguro que nuestras rutas se volverán a cruzar, eso esperamos.
Poco a poco fuimos dejando atrás la Costa del Cacao y la del Dendé y llegamos hasta isla de Itaparica. Para llegar a Salvador desde el sur existen dos opciones: rodear la Bahía de Todos os Santos o atravesarla en ferri. Teniendo en cuenta que por carretera son 150km más aproximadamente y que el ferry nos costaba 47 reales, decidimos utilizar el transporte marítimo, así llegábamos más descansados e incluso nos ahorrábamos algo de dinero.
La Bahía de Todos os Santos es la bahía tropical más grande del mundo y en un día soleado como hoy disfrutamos de los 30 minutos de trayecto observando como el agua cambiaba de tonalidad según variaba la profundidad del mar.
Al llegar a Salvador nos dirigimos instintivamente hacia el centro, como solemos hacer en otras grandes ciudades. Sin embargo, el ambiente que se movía no nos convencía demasiado. Los puntos más turísticos tenían mucha presencia policial pero fuera de ahí no era tan notoria y el ambiente se ponía un poco más denso. Como no podíamos aparcar en los lugares más seguros, decidimos cambiar de aires y llegamos hasta la zona de Vitoria (por cierto circular por Salvador exige mucha paciencia y un mapa para novatos en la ciudad, parece un laberinto de calles). Esta noche la vamos a pasar por aquí y ya mañana visitaremos la primera capital de Brasil ;)
David
.png "English"){kind=small}
Escribir comentario